Pasó 2024 y estamos transitando un receso en la actividad deportiva de los clubes afiliados a la Liga Cordobesa de Fútbol. Si bien hay algunas entidades que sólo tienen como única propuesta a esta disciplina, existen otras en las que la oferta es mucho mayor, abarcando un sinnúmero de actividades que también mezclan juego y competencia.
Más allá de resultados, posiciones y vueltas olímpicas, los clubes han debido enfrentar un año muy particular, en el que las obligaciones económicas se acentuaron y los recursos escasearon o apenas sirvieron para que esos centros de promoción del deporte pudieran llegar a fin de mes “con lo justo”, como les ha ocurrido a muchos ciudadanos.
“Ha sido un año dificilísimo; de los peores”, dijo el presidente de Universitario, Guillermo Iglesias. “Luego de pasar aquel periodo de pandemia, ahora debimos enfrentar una temporada en la que tuvimos que arreglarnos como pudimos porque en materia de servicios, como el gas, la energía eléctrica y el agua, no recibimos ningún tipo de subsidio”, agregó.
Iglesias ofrece la contundencia de algunos datos: “En marzo, Universitario pagó 1.700.000 pesos de luz por los predios de la calle Vieytes y el de Siete Soles. En noviembre, el monto fue de 6.500.000 de pesos”. “Hacemos magia”, dice el titular de un club que tiene 5000 socios, 4000 de ellos deportistas, que dejan de abonar la cuota mensual en el periodo de receso de verano. Ante esto, el club ha debido retrasar obras de infraestructura y atender las necesidades más urgentes, una de las cuales es el pago del sueldo a los empleados.
El mismo paisaje
Idéntico panorama se observa en Barrio Parque, una institución que tiene 3500 deportistas y que ofrece 18 disciplinas para la práctica deportiva. “Pagamos por las facturas de noviembre, 6.000.000 de pesos en energía eléctrica, 3.000.000 en gas y 1.000.000 en agua. O sea, sólo en servicios, y por mes, gastamos 10.000.000 de pesos”, explica Francisco Aldonza, presidente de la entidad.
El directivo resalta la falta de consideración hacia entidades civiles sin fines de lucro. “Sacamos dinero de abajo de las piedras”, ilustra Aldonza, sobre la dificultad del club para enfrentar esas erogaciones.
“Hemos recibido algún tipo de ayuda de la Municipalidad y de la Agencia Córdoba Deportes, pero es sólo un paliativo. Acerca de la dimensión del gasto, tenemos la referencia de lo que equivale el sueldo de un empleado del club. El año pasado hacían falta 12 cuotas sociales para pagar un sueldo; hoy hacen falta 19 cuotas sociales por el mismo motivo”. Sus palabras manifiestan preocupación por una cuestión obvia: en este tiempo que sigue siendo de crisis, el deterioro de la infraestructura no puede solucionarse y eso afecta la calidad de la prestación de las instituciones a sus socios.
“Un ingeniero matriculado debe supervisar toda la infraestructura para que el club pueda ser habilitado para abrir sus puertas. El ingeniero que realiza ese trabajo cobra por metro cuadrado. Calculá la cantidad de dinero que tiene que pagar cada institución, sabiendo que algunas directamente no podrán hacerlo”. Tanto en Universitario como en Barrio Parque (ambos con presupuestos mensuales de 100 millones de pesos) apuestan, al igual que en Las Palmas, a la concurrencia de niños en las escuelas de verano, el único ingreso fuerte de dinero en esta época del año.
En este último club que, entre otras iniciativas, intenta que sus divisiones inferiores compitan a nivel nacional, advierten que por el consumo de energía eléctrica en el predio en donde está su campo de juego y el que está construyendo en barrio Villa Unión (con cuatro canchas de césped y una de piso sintético), abonaron 8.000.000 de pesos, siendo su presupuesto mensual de 30.000.000. Las Palmas cuenta con 1500 deportistas.
Uno de sus dirigentes, Sebastián Chiatti, destacó que los aumentos en el precio de los servicios “impactaron mal” en la economía de la entidad. “No sabemos cómo vamos a enfrentar el año próximo. El regreso pleno a las actividades se dará recién en marzo. Hay que imaginarse lo que representa para nuestro club no tener ingresos durante tanto tiempo”, resalta.
A pesar de estas circunstancias, el club de la camiseta azul celebra la inauguración en Villa Unión de un gimnasio, que convivirá con espacios en donde trabajarán un nutricionista, un psicólogo, un kinesiólogo y un traumatólogo. Un motivo de orgullo que rescata el esfuerzo y la ambición, en medio de tantas dificultades.