La imagen de la noche fue Sebastián Villa convirtiendo el penal y levantando la Copa Argentina con Independiente Rivadavia, aunque la otra cara y que no tardó en ser viral fue la de Tomás Molina, el goleador de la competencia, que rompió en llanto al fallar sus dos penales en la serie.
El pilarense de 30 años no logró estirar su racha goleadora en la competencia en el partido final y terminó siendo el único que erró en la tanda y, para colmo, en dos oportunidades, ya que su penal se repitió por adelantamiento de Gonzalo Marinelli, según el VAR.
Automáticamente, tras malograr el segundo penal de su tanda, Molina se quebró y no volvió a recuperarse. En la premiación se lo observó recibiendo la medalla entre lágrimas y con el apoyo de sus compañeros.
Luego de la ceremonia y mientras las tribunas del ‘Bicho’ se vaciaron, el atacante se acercó y terminó de romper en llanto junto a su familia y amigos que fueron acompañarlo a Alta Córdoba.
Pese al fallo, el delantero de Pilar se coronó como el máximo artillero de la edición, convirtió cinco goles y fue clave para que Argentinos llegue a una final después de años.
