Buenos Aires siempre tiene un aire especial cuando juega la selección argentina. Sobre todo está selección argentina que logró ser más Argentina que otras. Que se metió en la piel del hincha de clubes que le prestaba poca atención al elenco nacional.
Obviamente que para lograr eso tuvo que ganar y vaya si este equipo que conduce de manera brillante Lionel Scaloni ganó.
Pero ahora el entrenador encara una segunda etapa de su proceso que será aún más trascendental. El de la famosa renovación, que se viene dando de manera paulatina y natural. Sin cambios bruscos.
Ante todo porque estos entrenadores que tienen a Scaloni a la cabeza, con Aimar, Samuel y compañía, crecieron bajo el método Pékerman de ir sumando caras nuevas a la selección para que se vayan amoldando a un estilo, a una forma.
Y todo eso se pudo ver en cancha ante Uruguay en el Centenario, con Thiago Almada como gran figura y nuevas caras como Giuliano Simeone jugando con soltura.
Todos de la mano de tipos como Paredes, Enzo Fernández o Mac Allister que lejos están de ser veteranos. Pero ya son jugadores de selección de hace tiempo. Jugadores de la Scaloneta.
La era sin Messi
La ausencia de Lionel Messi para esta doble fecha anticipó cierto aroma a recambio que ya es indisimulable. Con la partida de Ángel Di María y un camino que pronto seguirán Nicolás Otamendi y el propio Messi.
Será Mundial 2026 y seguramente despedida. La historia de estiró, por suerte, más de lo pensado.
Pero Scaloni viene trabajando en ese día después desde hace rato y lo ha demostrado.
Este partido ante Brasil de esta noche es una demostración de ello.
Y si Argentina consigue la clasificación de manera tan anticipada, las últimas cuatro fechas de Eliminatorias servirán para ver más y más jugadores jóvenes en cancha.
La irrupción de Thiago Almada ante Uruguay fue un aviso de los nuevos tiempos que traerán consigo también a todos esos “Europibes” que se fueron sembrando con la paciencia de un artesano.
Sin dudas que la era Messi no genera pánico sabiendo que está todo este trabajo detrás de unificar a la generación que supo bajar a Lionel del poster y jugar con él para ganarlo todo.
Dibu Martínez, Cuti Romero, Lisandro Martinez, De Paul, Enzo, Paredes y demás ahora recibirán la inyección de esta sangre más joven para revitalizar todo. Pero también con la enorme responsabilidad de transmitir los valores y la idea que dejaron los que se fueron.
Este clásico ante Brasil llega en un momento bisagra para empezar a descubrir una nueva selección argentina potenciada y rejuvenecida.
Dónde Scaloni tendrá la dura tarea de elegir y abrir espacios para los que vienen.
El Mundial 2026 está a la vuelta de la esquina y el clásico con la Verdeamarella es una oportunidad para seguir afianzando el camino de un equipo que sigue teniendo hambre.
El nacimiento de la segunda generación de la Scaloneta está ante nosotros. Y va por todo. Otra vez.