Las cuatro jugadoras de River detenidas en Brasil por el escándalo durante el partido ante Gremio por la Ladies Cup fueron liberadas, aunque debieron pasar la Navidad en la Penitenciaría Femenina de Sant’Ana, en San Pablo. A pesar de recuperar la libertad, la situación legal les impide regresar de inmediato a la Argentina: permanecerán en territorio brasileño hasta que se resuelva una nueva instancia judicial.
Candela Díaz, Camila Duarte, Juana Cángaro y Milagros Díaz están fuera de prisión, pero no tienen garantía de abandonar Brasil hasta que concluya el litigio en su contra. La feria judicial, que se extiende hasta el 6 de enero, podría dilatar aún más el proceso si no se toma una decisión en el corto plazo. La incertidumbre crece, ya que el Tribunal de Justicia de San Pablo (TJ-SP) rechazó previamente un recurso de hábeas corpus, argumentando la “gravedad concreta de la conducta” y el riesgo de “nuevos delitos”.
El conflicto se originó durante el partido frente a Gremio, cuando Candela Díaz fue acusada de realizar gestos racistas hacia un alcanzapelotas. Duarte, Cángaro y Milagros Díaz también fueron señaladas por comentarios discriminatorios hacia el mismo joven, lo que desencadenó una violenta pelea en el campo de juego y derivó en la suspensión del encuentro, que en ese momento estaba empatado 1-1.
El escándalo no terminó allí. Otras dos jugadoras de River, Lara Esponda y Julieta Romero, recibieron tarjetas rojas, sumando un total de seis expulsiones para el equipo de Nuñez.
En River buscan cerrar cuanto antes este episodio que generó impacto tanto en las jugadoras como en la institución. El objetivo principal del club es gestionar el regreso de las futbolistas a la Argentina, aunque todo dependerá de los tiempos de la Justicia brasileña. Por ahora, la vuelta sigue siendo una incógnita.