Belgrano siempre estuvo un paso adelante de casi todos en el fútbol femenino. Cuando pocos lo consideraban una disciplina posible dentro de un club, en el Pirata ya entrenaban, contaban con buena cantidad de jugadoras y competían cuando se podía.
En 2011 llegó la obligatoriedad del fútbol femenino en la Liga Cordobesa, y para Belgrano fue la oportunidad de consolidar lo que ya hacía 10 años se venía gestando. Mientras otras instituciones debieron empezar de cero y hoy ven sus frutos, en aquella época la diferencia entre el conjunto de Alberdi y los demás era abismal.
Pasaron casi 10 años más para dar el siguiente paso: sumarse a la Primera C de AFA, un torneo en el que arrasaron de punta a punta y en solo seis meses lograron el título y el ascenso.
En la B también se llevó a todos por delante y concretó el sueño de subir a Primera tres fechas antes, en el Gigante de Alberdi y ante 28 mil personas, lo que estableció un récord de asistencia en el fútbol femenino.
Belgrano siempre estuvo un paso adelante de todos, o de casi todos, porque en la máxima categoría la historia era diferente. Había equipos con mucha espalda, como Boca, River o San Lorenzo. Con el desafío de la Primera División, Belgrano decidió redoblar esfuerzos.
Desde su presidente, Luis Fabián Artime, se bajó la línea de que el fútbol femenino era prioridad. Se profesionalizó de manera concreta, se firmaron casi 20 contratos cuando el mínimo era ocho y se le dio al plantel todas las comodidades. A las jugadoras solo les debía preocupar entrenar, alimentarse bien, descansar y jugar.
Tres años después de una inversión muy importante, de las más grandes del país en la disciplina, el Pirata tuvo su recompensa: fue subcampeón en el primer torneo y campeón en el segundo.
El mejor equipo del año, coronando en su estadio ante 26 mil personas. “No todo es plata”, dijo Artime minutos después de la victoria. “Hay que invertir; la alegría que le dimos a la gente es imborrable”, agregó el presidente.
Belgrano, prueba fiel de que con decisión política, apoyo e inversión, los logros llegan. ¡Salud, campeonas!
