El salto que llevó a Lionel Scaloni a lo más alto del fútbol del mundo, empezó a darse el jueves 2 de agosto de 2018. Ese día, a las puertas de la vieja sede porteña de la AFA, su presidente, Claudio “Chiqui” Tapia, sorprendió a todos anunciando su nombramiento como DT interino de la Selección mayor de la Argentina, acompañado por Pablo Aimar.
Eran días de enorme confusión. La selección venía de ser eliminada por Francia en los octavos de final del Mundial de Rusia, el plantel le había explotado en las manos al cuerpo técnico que lideraba Jorge Sampaoli y desde la AFA, Tapia y el vicepresidente Daniel Angelici negociaban a cuatro manos.
Por un lado, trataban de rescindir el contrato por cinco años que le habían firmado un año antes a Sampaoli para traerlo desde Sevilla. Por el otro, buscaban a su reemplazante. Y apuntaban alto: los nombres de Marcelo Gallardo, Diego Simeone y Mauricio Pochettino encabezaban todas las listas. Pero ninguno parecía dispuesto a tomar el hierro caliente en sus manos. Y sus contratos eran muy elevados, casi imposibles de pagar.
Como estaban firmados dos amistosos para septiembre ante Guatemala en Los Ángeles y Colombia en Miami, Tapia decidió de apuro (como siempre se decidieron la mayoría de las cosas en el fútbol argentino) y le encargó a Scaloni y Aimar, quienes por entonces estaban en España dirigiendo al seleccionado Sub 20 en el torneo de L’Alcudia, hacer las convocatorias y dirigir el equipo. Sin imaginarlo, estaba cambiando la historia.
Críticas y más críticas
La cátedra futbolística rápido hizo saber su desacuerdo con la decisión del presidente de la AFA. Scaloni nunca había ejercido la dirección técnica, había formado parte del cuerpo técnico de Sampaoli pero no desde una posición de privilegio y su nombramiento daba toda la sensación de un salto al vacío. Pero el muchacho de Pujato, por entonces de 39 años, no se asustó. Y empezó a tomar sus decisiones con firmeza. Como si fuera a dirigir para siempre.
Quedaron de lado nombres pesados como los de Javier Mascherano, Gonzalo Higuaín, Lucas Biglia y Ever Banega. Y en su primer partido ante Guatemala, integraron el equipo titular Gerónimo Rulli, Bruno Pezzella, Nicolás Tagliafico. Leandro Paredes, Giovani Lo Celso y Exequiel Palacios. Todos llegaron al Mundial de Qatar. Y junto con Aimar, se integraron al cuerpo técnico, Walter Samuel y Roberto Ayala.
En el tercer partido del ciclo ante Irak goleó 4 a 0 y aparecieron en la formación inicial Marcos Acuña, Lautaro Martínez y Rodrigo de Paul y en la derrota 0 a 1 ante Brasil en Jeda (Arabia Saudita), se presentaron Nicolás Otamendi y Ángel Correa.
Luego de dos victorias por 2 a 0 ante México en Córdoba y Mendoza, a fines de 2018 llegó el tiempo de la primera evaluación. Y ante la imposibilidad de firmar a Gallardo o Simeone, que habían renovado sus contratos con River y Atlético de Madrid, Tapia resolvió extender el vínculo de Scaloni y su equipo seis meses más hasta la Copa América 2019 en Brasil.
Llega Menotti y vuelve Messi
El lunes 14 de enero de 2019, el titular de la AFA hizo otra movida sorpresa y nombró a César Luis Menotti como director general de los seleccionados nacionales. Lo primero que decidió el técnico campeón mundial en 1978 fue entrevistarse con Scaloni y su cuerpo técnico. La impresión fue buena y el aval a su continuidad estuvo dado, pero sólo hasta fines de ese año.
El 22 de marzo, Lionel Messi volvió en Madrid a jugar para la selección en ocasión de un amistoso ante Venezuela. Y el regreso no pudo haber sido peor. Se perdió 3 a 1 y las críticas resultaron demoledoras. Incluso, desde la Casa Rosada, el nuevo gobierno de Alberto Fernández dejaba trascender su intención de desplazar a Tapia de la AFA y poner a Gallardo al frente de la selección.
Pero Tapia resistió la andanada política, redobló la apuesta y para la Copa América de Brasil volvió a hacer lo que había hecho en Rusia: se concentró con el plantel y fue la Selección un bastión propio, que condujo sin mediaciones ni informantes. El recambio fue muy importante: llegaron apenas 9 jugadores de los que habían ido al Mundial de Rusia. Entre ellos estaban Messi, “Kun” Agüero y Angel Di María. Allí, Tapia comprobó la buena llegada que Scaloni tenía con los jugadores, su cercanía personal con Messi, su trato simple y su escaso ego.
Ratificado
Tras un muy mal comienzo (derrota 0-2 ante Colombia y empate 1 a 1 con Paraguay), Argentina pudo recomponerse y llegó a la semifinal de esa Copa América ante Brasil en el estadio Mineirao de Belo Horizonte que perdió 2 a 0 con un arbitraje muy polémico del ecuatoriano Roddy Zambrano. Con el tercer puesto y el aval explícito de Lionel Messi, Tapia y Menotti (quien no viajó a Brasil por problemas de salud) acordaron por teléfono la continuidad de Scaloni por seis amistosos más.
Pero se declaró la pandemia en marzo de 2020, el calendario se pospuso seis meses, las Eliminatorias arrancaron recién en el segundo semestre de ese año y en 2021 se solaparon con la Copa América que iban a compartir Argentina y Colombia y terminó jugándose en Brasil. Ya no hubo tiempo de más ensayos y entonces, por las suyas, Tapia decidió sostener a Scaloni hasta el Mundial.
El DT en el que nadie o pocos creían porque no tenía experiencia, era cambiante y tampoco seducía con su discurso, entró en la historia. Y es el único que debutó en el cargo consagrándose campeón del mundo Escuchándolo, da la impresión de que a veces, ni el mismo se lo cree.
