Volver al pueblo no es sencillo para aquel que se fue en busca de un sueño. Puede significar, a veces, tristeza por algo que no se dio.
Pero en otras ocasiones, ese regreso puede traer nuevos sueños. Distintos y mejores, por qué no.
Lo puede contar en primera persona Facundo Mucignat, un pibe de 25 años que se fue siendo un adolescente de General Cabrera, en el interior cordobés, detrás del sueño de ser jugador profesional.
Llegó a jugar en la Reserva de Belgrano y no se le dio el anhelo de “llegar”.
La pandemia hizo lo suyo para que terminara cambiando su destino.
Tras pasar por distintos equipos del ascenso, volvió a su zona y está a punto de vivir una final épica.
Mucignat es una de las figuras de Acción Juvenil de General Deheza, una ciudad que queda prácticamente “pegada” a su Cabrera (a 8 kilómetros de distancia).
A “Facu” le costó mucho el desarraigo y hoy disfruta de su familia y también del fútbol.
Este domingo junto a Acción Juvenil jugarán una final por ascender al Federal A. Enfrentarán a Bartolomé Mitre de Posadas, en la cancha de Sarmiento de La Banda, desde las 19.30.
Será el partido más importante en la historia del club Acción Juvenil y también para Mucignat, un volante por derecha con llegada y gol.
“Yo arranqué a los seis, siete años en Ateneo de General Cabrera. La gente de Belgrano me vio en un campeonato en Río Cuarto y me llevaron a Córdoba a una prueba de dos días. Ahí ya me quedé en Belgrano, tenía 15 años. Estuve cinco años en el club”, recuerda “Facu”.
“Hice todas las inferiores en Belgrano y llegué hasta Reserva. Después estuve en Estudiantes de Río Cuarto. También pasé por Ferro de Pico en el Federal A y Altos Hornos Zapla en un Regional Amateur. Antes de llegar a Acción Juvenil estuve dos años en Villa Mitre de Bahía Blanca”, relata, hoy con 25 años.
“Justo Belgrano descendió y Reserva no había más. Nos agarró también la pandemia. Me quedaban ocho meses para ver si me hacían contrato o no. Pero me salió para irme a Estudiantes y me fui. Fueron muchos años en Belgrano, pero necesitaba cambiar de aire. Es un club al que le tengo cariño. Me quedó esa cuenta pendiente, porque me dio mucho. Me gustaría algún día volver a Belgrano, sería hermoso por lo que es el club y como está hoy”, se sincera.
La vida de pueblo
General Cabrera tiene unos 12 mil habitantes y se ubica al centro sur de la provincia de Córdoba. Está a pocos kilómetros de General Deheza, desde donde Mucigat recibió la propuesta para ponerse la camiseta de Acción Juvenil.
Allí se fue transformando en un pilar y en un jugador clave.
“Siempre fui volante por derecha, he jugado como lateral también. En Villa Mitre y Ferro de Pico jugué de interno también. Pero me gusta el carril. Llego bastante al gol. Ahora se me está dando más. En este Regional tengo seis goles. Siempre fui más de asistir, de tirar el centro. Este presente de Acción Juvenil es algo único. No es fácil llegar a jugar una final por ascender. El pueblo está revolucionado. Hablan de nosotros en todos lados. Hicimos un año muy bueno. Ascender sería la frutilla del postre”, dice Mucigat y elogia al club: “Acción Juvenil es un club importante, lleno de disciplinas, se labura muy bien. El grupo humano es muy bueno. Es muy organizado y te cumplen en todo. Tiene infraestructura para jugar un Federal A. Este club cumple con todos los requisitos”.
Su vida se acomodó a la par de lo futbolístico, porque logró disfrutar de sus seres queridos que tanto extrañó.
Hoy es normal verlo ir a dar una mano a la ferretería de su abuelo Raúl y compartir las tardes con su sobrino Felipe y su primita Blanca.
“Me costó mucho estar lejos y hoy disfruto de la vida acá. Vivo en Cabrera y estamos a 8 kilómetros de Deheza. Mi viejo (Marcelo) es muy futbolero. Es viajante. Y mi mamá Andrea tiene un negocio de ropa para niños. Ellos me acompañan en todo. Además, Felipe y Blanca son pilares fundamentales para mí. Tengo además tres hermanos Josefina, Agustín y Abril. Somos muy unidos”, se sincera.
“Facu” Mucignat encontró su mejor versión con la camiseta de Acción Juvenil porque todo se combinó: la pelota y la familia, en un combo que lo potenció.
Junto a todo General Deheza van por el sueño de ascender y seguir creciendo.