Finalmente el sueño de Marruecos chocó contra la realidad de un equipo que fue superior: Francia. Lo fue por todos lados y serán los galos los rivales de Argentina el domingo a las 12 en la búsqueda del título mundial.
El actual campeón del mundo había llegado a esta copa como una de las candidatas a repetir y con el correr de los partidos demostró que la chapa que se le puso antes del inicio de la competencia eran más que merecida. Con cinco triunfos y una derrota en seis partidos, sin jugar tiempo suplementario en ninguno de ellos, “Les Bleus” vuelven a depositarse en el último partido del mundial, como ya lo hicieran en Rusia 2018.
El equipo de Lionel Scaloni y el de Didier Deschamps estarán cara a cara definiendo lo que vinieron a buscar. Pero no será un duelo Lionel Messi ante Kylian Mbappe, porque habrá dos estilos de juego en campo y muy buenos jugadores por ambos lados.
Francia y su poder ofensivo
Para destrabar la semifinal, Francia necesito cinco minutos y de allí en adelante dibujó el juego que mejor le sienta: colocarse unos metros más atrás y salir en altísima velocidad, con Mbappé por la izquierda, con Dembelé por la derecha y con Giroud para terminar las jugadas. Después, en esa función de ataque, Antonie Griezmann en un futbolista completísimo que maneja todos los tiempos del partido.
Con espacios, el actual poseedor del título es un equipo que lastima constantemente. Sus valores individuales son muchos y cada aparición genera desequilibrio por cualquier sector del campo.
Todos los ojos miran al “10″ francés, pero en realidad son otros los futbolistas que hacen jugar al equipo: Tchoumaní (el volante del Real Madrid) en el anillo central, al que se le suman Griezmann y Dembelé por la derecha. Punzante en las contras y con jugadas de resoluciones rápidas, con terreno para correr, el equipo europeo muestra su “poder de fuego”.
Inició el partido con un sistema clásico, porque se paró con un 4-3-3, donde el lateral Theo Hernández es casi un extremo por la izquierda. Mientras que Koundé por la otra banda, no tiene la necesidad de pasar de forma permanente, porque es Dembelé el que ocupa este sector del terreno.
Además, en el centro del ataque cuenta con Giroud. El delantero del Milan está haciendo un gran mundial y es muy peligroso cuando juega en velocidad o a balones aéreos.
Replegarse sin problemas
Francia no se pone “colorada” cuando debe meter el equipo unos metros más atrás, armar dos líneas de cuatro y dejar a Mbappe y Giroud en el anillo central, pero del lado de su campo. No le molesta y es una de sus características.
No domina de manera abrumadora. No hace una tenencia exagerada de la pelota ni busca ser dueña del balón por mucho tiempo. Todo lo contrario, es un equipo que cede el terreno, que deja que el rival maneje el útil y cuando puede recuperarlo se lanza a toda velocidad en ataque.
Debilidad siempre se tiene
El extremo izquierdo de su defensa puede que sea el lugar donde más le cuesta hacer pie, porque Hernández tiene mucha vocación defensiva.
Otro de los puntos a explotar son las salidas rápidas cuando el equipo está desplegado en ataque, porque es allí cuando coloca casi 5 jugadores en zona de gol y al perder el balón, su medio campo queda desprotegido y muestra ciertas fisuras.
Con el balón en ataque, Mbappe, Giroud, Dembelé, Griezman y Hernández se transforman en jugadores del medio hacia arriba, con lo cual deja algunos espacios que podrían ser usados por la albiceleste para herir al campeón.
Marruecos, en la semifinal, al igual que Inglaterra en el duelo de cuartos, lo complicó a fuerza de empuje y de balones puestos sobre las bandas para ser filtrados al área. En cierto que los franceses hasta por momentos provocan este juego del adversario, porque ello les permite estar agrupados y salir de contra.
Francia y Argentina definirán el título mundial. Dos equipos que fueron los mejores de la copa y que se merecen el título. No es un duelo de uno contra uno, sino de 11 contra 11 y de capacidad de análisis previo y resolución rápida de cada uno de los entrenadores.