Tiempo de pretemporada, período de vértigo, repleto de tratativas, de contrataciones y de intentos frustrados. Pedro Troglio asumió el mando en Instituto; Walter Erviti, en Belgrano. Ambos ya tienen unos cuantos refuerzos confirmados y otros que sobrevuelan Alta Córdoba y Alberdi, pero que todavía no bajan a tierra.
Uno de ellos es Lucas Zelarayán, el regreso ansiado por los hinchas, que todavía demora su aterrizaje por problema de papeles. De concretarse, sería, sino el mayor, uno de los pases de más resonancia en Córdoba en este período de rearmado.
En Instituto, hasta ahora, llegaron Francis Mac Allister, Martín Gallardo y Nicolás Zalazar. El primero, ya con un prolongado recorrido; los restantes, incógnitas, desde las cuales pueden surgir gratísimas sorpresas, o algunas de las tantas apuestas truncas. Además de estos jugadores, Troglio, estimulado a venir a La Gloria por la masividad de su público, contará con la renovación de contrato de Facundo Suárez, Lucas Rodríguez y Stefano Moreyra. A ellos se sumarán otros futbolistas para darle consistencia a un plantel que intentará lo que le faltó poco por hacer el año pasado: ingresar al universo sudamericano.
Mientras espera al “Chino”, los celestes ficharon a Elías López y a Julián Mavilla, a los que les cabe el mismo interrogante que surge de la llegada de los refuerzos albirrojos. Ervitti ya sabe que cuenta con una variada gama de buenas alternativas en el ataque y que, ante la partida de varios integrantes del plantel anterior, su defensa quedó casi diezmada. Como todos los entrenadores antes de la competencia, deberá tener la puntería de un francotirador para dar en el blanco. ¿El objetivo en Alberdi? El mismo que el de Instituto y, en el mejor de los casos, por qué no, un poco más. En ese sentido, ya tiene varias experiencias en recorrer la parte más austral de este continente.
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Talleres será el equipo cordobés que más partidos disputará en esta temporada. Vuelven al club después de jugar en otros equipos Augusto Schott y David Zalazar. Por transcendencia, la lista de candidatos a llegar a barrio Jardín la encabeza Sebastián Villa, que en Independiente Rivadavia de Mendoza ratificó su trascendencia de delantero desequilibrante. Los nombres que llegarían son varios, en el afán de robustecer un equipo que podría hacerse más fuerte si logra mantener la base de jugadores que lo pudo sostener en los dos últimos torneos.
Desde que se produjo el aumento de plazas para afrontar torneos internacionales, la tentación por jugarlos se generalizó, además de ser el objetivo principal de los clubes cordobeses. En esta provincia ya no sólo se trata de competir. Las participaciones de Belgrano y de Talleres en el exterior en los últimos años han sido y son un estímulo no sólo para esos clubes sino también para Instituto, que siempre manifiesta su intención de incursionar en otras ligas.
El contexto de esta realidad lo brindan las recientes consagraciones de Vélez Sársfield y Central Córdoba. Los velezanos, con muchos juveniles, y con jugadores que rindieron lo que no pudieron en otros equipos (Francisco Pizzini y Brian Romero, por ejemplo), hace menos de un año luchaba por no descender de categoría y dejaba libre a cuatro jugadores por cuestiones extradeportivas; el equipo santiagueño, renovado casi totalmente como cada año, y sin futbolistas fulgurantes, alzó la Copa Argentina. Esos logros, en un contexto de gran paridad, podrían dar lugar a alguna grata sorpresa a una plaza que, de a poco, ha levantado la voz para pedir por más alegrías.