Hace cuatro años, Mayra Oliva se subió a un colectivo en la terminal de Villa Dolores (en el Valle de Traslasierra, a 170 kilómetros de capital) con un sueño que era muy grande. Ella quería triunfar en el fútbol.
En su ciudad natal, jugaba con los varones del barrio y los amigos de sus hermanos.
Pero la posibilidad de probarse en Instituto fue una corazonada. El destino estaba allá, en Alta Córdoba.
Cuatro años después, aquella chica que vino desde Villa Dolores con ese sueño lleva la camiseta “5” de Instituto y la cinta de capitana. Y levanta un trofeo con una sonrisa tan grande como su corazón.
Mayra Oliva es, ante todo, una luchadora. Una piba que dejó todo atrás porque quería crecer. Y aunque sabía que no iba a ser sencillo, se arriesgó.
Hoy es la referente de la disciplina en la Gloria. Una disciplina que supo levantar la voz cuando pensaron que era necesario. Y que hoy disfrutan de un cambio muy grande. Hay crecimiento para el fútbol femenino de Instituto.
Pero mejor que lo cuente Mayra, que fue una de las que empujó para que esto sea realidad.
El miércoles, la Primera de Instituto se consagró campeona de manera invicta del Torneo Apertura de la Liga Cordobesa de Fútbol Femenino.

Mientras, además, participan del Torneo Regional que organiza AFA, con el ascenso a la Primera C en juego. El gran anhelo: arrimarse al profesionalismo.
Mayra tiene 26 años y una fuerza que admiran todos los que la rodean.
“Lo de ayer fue totalmente increíble, se venía trabajando hace bastante para lograr ser campeonas. Y fue un momento muy hermoso. Yo estoy hace cuatro años en el club y es el primer título de Liga Cordobesa que gano. Antes ganamos una Copa Córdoba, en 2023. Ahora logramos el Torneo Apertura de LCF. Si en el Clausura sale campeón otro equipo, se juega una final y si repetimos, seremos campeonas anuales”, se entusiasma.
Ahora, Mayra va a contar parte de su historia.
“Yo soy de Villa Dolores, cuando llegué al club sinceramente no había nada en cuanto a fútbol femenino. Cuando vine de mi lugar tenía otra expectativa. Pensé que venía a Córdoba y sería un salto. Por un momento pensé en volverme o en irme. Pero finalmente me quedé y fui por todo. Desde que estoy dejé todo representando a la institución como jugadora. He hablado para mis compañeras, para que tengan sus cosas. En el fútbol es todo lucha y en Instituto aprendí mucho. A luchar por lo que uno quiere”, se sincera.
Oliva remarca el gran cambio que hizo el club en fútbol femenino en los últimos años: hoy, destaca, poseen una cancha en condiciones, ropa de entrenamiento y gimnasio. Algo muy distinto a aquel primer panorama que encontró al llegar de Villa Dolores.
“Hoy en día después de cuatro años se ven los frutos. Fueron años de entrenar detrás de este sueño junto a mis compañeras y pelear por esto. Estoy muy feliz por eso, porque más allá de todo al final estuvo la lucecita de gloria. Yo doy una mirada hacia atrás y no teníamos ropa en el fútbol femenino, pasábamos frío, estábamos tapadas en tierra, todas con ropa distinta. Hoy vas al club tenemos toda la ropa adecuada, tenemos gimnasio, tenemos una cancha linda para entrenar. Fue todo lucha y hay que seguir luchando. Y ganando, porque el club espera resultados. Uno pide y tiene que dar. Está bien que así sea”, recalca.
“Nosotros como club tenemos ahora categorías Sub 13, Sub 15, Sub 17 y Primera en Instituto. Cuando yo llegué prácticamente no había inferiores. Se han ido agregando niñas para que tengan su oportunidad. Ha sido un logro muy grande. Antes una niña se tenía que sumar con los varones. Hoy que tengan sus categorías más chicas es buenísimo”, señala Mayra.

Mayra Oliva, la “5” que sueña con jugar en Instituto en Primera
La vida de Mayra no es sencilla, porque como cualquiera jugadora amateur, debe trabajar para sobrevivir.
Ella actualmente estudia Profesorado de Educación Física en la Universidad Provincial en tercer año y además trabaja como profe en una escuelita de fútbol de Argüello. Todo eso, a la par de los entrenamientos y los partidos con la Gloria.
“En la semana estamos entrenando tres días y se puede agregar uno más, depende la semana. También estamos jugando el Regional de AFA. Clasificamos primeras y se viene la segunda ronda. Nos toca jugar en Santiago del Estero. Viajamos el sábado a la noche para jugar el domingo. Es una ida y vuelta, luego nos puede tocar un equipo de La Rioja. Si logramos ganar el Regional se puede ascender a la Primera C de AFA. Es el objetivo que estamos persiguiendo. Este certamen termina a fin de año”, cuenta.
“En Villa Dolores empecé jugando con chicos, yo jugaba con los amigos de mis hermanos. No había un club con fútbol femenino. De a poco se armó la Liga Dolorense de fútbol femenino y arranqué en AFI, que es un equipo de allá. Siempre tuve en mi cabeza irme a jugar a otro lado. Siempre mi intención era crecer. Por suerte llegó ese llamado para hacerme una prueba en Instituto. Quedé y fue un momento de duda, de dejar todo y venirme. Siempre quise pegar el salto. Era una oportunidad muy grande. Hoy soy capitana de Instituto. Son cosas que uno dice: vale la pena lucharla”, se emociona.
Más allá que se destaca como una de las jugadoras más importantes de Instituto, no piensa tanto en saltar a algún club profesional. Su gran sueño es llegar a Primera con la Gloria. En todos estos años, aprendió a querer a la institución: “Es un camino que fui construyendo y se dio así. Siempre con respeto, buscando que crezca el fútbol femenino en Instituto. Ese fue mi camino. Después vino la cinta de capitana, de ser referente. Se fue dando todo solo. Mi cabeza era darle el crecimiento al fútbol femenino de Instituto, acompañar a las más chicas. Al club lo amo, siento un amor muy grande por la camiseta, por los colores. Es un sentido de pertenencia muy grande. Me encantaría el día de mañana retirarme acá. Me gustaría lograrlo todo. Ser jugadora profesional en Instituto. Es mi gran sueño. Esta es mi casa. Es más grande el sueño de llegar con Instituto que otra cosa. Me gusta crear cosas en un lugar. Y ese lugar es Instituto”.


Luego, Mayra cuenta un poco de lo complejo que es su día a día.
“Yo estoy trabajando como profe de educación física en un club de Argüello, con niños. Soy profe ahí y estoy estudiando profesorado en la Universidad Provincial. Me queda un añito más, si Dios quiere podré recibirme. Mi familia está toda en Villa Dolores y viajo muy poco para allá. Este año volví después de seis meses a verlos. También me congrego en una Iglesia así que le hago tiempo a Dios. Pero tengo el apoyo de mis seres queridos. Agustín, mi hermano, es muy especial para mí. Siempre viaja kilómetros para ser parte”, agradece.
Los que la han visto jugar la definen como una mediocampista que deja el corazón en cada pelota, pero que también piensa.
“Yo voy a todas. Prefiero perder un diente antes que una pelota (risas). Me caracterizo por ser una jugadora que las pelea a todas las pelotas. Pero también soy la que tengo que ordenar al equipo. Tengo el panorama de todo. En cuanto a referentes, me gusta mucho la ‘Colo’ (Victoria) Arrieto de Belgrano, que es una gran jugadora. Prolija, recupera, es la cabeza del equipo. Y de los varones, me vuelve loca Enzo Pérez, me gustaría jugar así”.

Mayra Oliva tiene una sonrisa gigante en su rostro. Luce una remera blanca que dice “Campeonas 2025” con el escudo de Instituto.
Pero ella ya era campeona cuando se subió al colectivo que la trajo desde Villa Dolores a Córdoba. Un largo camino que todavía tiene historias por escribir.