Daniel Willington falleció este lunes 3 de noviembre, a los 83 años. Es recordado como uno de los jugadores más emblemáticos de la historia de Talleres y del fútbol cordobés. Su impacto fue tan profundo que, gracias a su talento y al afecto de los hinchas, es considerado uno de los máximos ídolos de la institución albiazul.
“La familia albiazul compartirá el Homenaje a Daniel Willington este martes 4 de noviembre de 11.30 a 15.30 hs en el Estadio La Boutique en Barrio Jardín Espinosa. El espacio estará abierto para todo el público en ese horario. A las 13.30 hs está previsto un responso y saludo final en memoria de su legado y luego el cortejo partirá hacia el Cementerio Parque ubicado en Camino a Colonia Tirolesa”, informó Talleres.

El comunicado de Talleres
Comunicamos con mucho pesar el fallecimiento de Daniel Willington, ídolo eterno del Club Atlético Talleres.
Acompañamos a su familia y a sus seres queridos en este difícil momento.
Seguirás jugando en los corazones de todo un pueblo que te recordará por siempre, Gran Daniel de los estadios.
La última foto de Daniel, con Guido Herrera, capitán de Talleres

Justo después de un Vélez-Talleres, dos clubes que lo idolatran y por los que tenía el corazón repartido, se fue Daniel Willington. Noticia infausta para el mundo del fútbol, e inesperada para los que compartieron las últimas horas con el “Loco”.
Es que ayer domingo Willington se llegó con su esposa hasta La Mundial, tradicional bodegón en La Calera donde era cliente fijo, almorzó y compartió una foto con Guido Herrera, capitán de Talleres que también se había llegado al local.
“Estaba de muy buen humor, haciendo chistes como de costumbre. Y contento porque había ganado Talleres”, señaló Nicolás, hijo de Rafael Portieri, propietario de La Mundial.
El nacimiento de un ídolo
Daniel Alberto Willington, oriundo de Guadalupe (Santa Fe), llegó a Córdoba a los siete años, cuando Talleres fichó a su padre, Atilio “el Toro” Willington. Su infancia transcurrió a dos cuadras de La Boutique, en Villa Revol, donde comenzó a mostrar el don que marcaría su carrera: una pegada implacable.
Tras destacarse en la reserva y la primera del club Avellaneda, firmó con Talleres el 27 de mayo de 1959. Debutó oficialmente el 7 de junio de ese año, con apenas 16 años, en la victoria 5-2 frente a Huracán de La France, en La Boutique.
Los medios, como La Voz del Interior, pronto destacaron su potencial: “Cumplió una labor que se valoriza doblemente por su debut en el equipo superior. Tiene aptitudes (...) es una firme promesa”. Esa promesa se concretó en 1960, año en que Talleres ganó los torneos Preparación, Competencia, Clausura y Oficial, perdiendo solo uno de 27 partidos. Permaneció en el club hasta 1961, cuando fue transferido a Vélez Sarsfield.
El regreso en tiempos dorados
Tras un exitoso paso por Vélez, “el Loco” regresó a Talleres en 1973, en el inicio de la era dorada que impulsó Amadeo Nuccetelli. En ese segundo ciclo, Willington fue figura en los Nacionales de 1974 y 1975. En total, disputó 168 partidos, marcó 66 goles y conquistó 17 títulos con la camiseta albiazul.
Su vínculo con el club era absoluto: “Es que yo soy Talleres. Mi familia lo es”.
El gol que desafió lo imposible
La leyenda de Willington se eternizó con el gol que marcó a Belgrano en la final del 21 de agosto de 1974. Tras una infracción sobre la izquierda del ataque, a 30 metros del arco, ejecutó un tiro libre que se metió de forma impecable en el ángulo izquierdo del arquero Tocalli. El propio guardameta celeste lo definió como “el gol más impresionante que me han hecho en mi vida”.
El periodista Nilo Neder, testigo de la genialidad, exclamó: “Señores, parensé, esto es para admirarlo de pie; no lo van a ver más”, y luego tituló su crónica como El Daniel de los estadios. El escritor Daniel Salzano comparó la trayectoria de la pelota con “la gracia de un delfín” y afirmó que, pese al paso del tiempo, “el gol de Daniel Willington continúa siendo eterno”.
Además de su carrera como jugador, Willington fue entrenador de Talleres y logró el ascenso en 1994 junto a José Trignani.
El maravilloso recuerdo de Daniel Salzano sobre Willington

Hacés grandes esfuerzos pero, por más que lo intentás, no conseguís precisar los detalles más obvios de la gesta.
No te acordás, por ejemplo, si el partido se jugaba a la luz del Sol o de la Luna y tampoco quién era el adversario.
Lo único que recordás con nitidez es que Daniel Willington retrocedió dos pasos, que onduló su pesado perfil de dandi provinciano y que en el mismo instante en que pateó, levantó los brazos como un emperador y saludó por anticipado en dirección a la tribuna popular.
Sacudida por una descarga eléctrica, cuya intensidad hubiera servido para nivelar el déficit de Epec, la pelota recorrió los 40 metros que la separaban del arco, atravesó con la gracia de un delfín la línea que separa la gloria del fracaso y, al clavarse en el rincón de las arañas, desencadenó un huracán de fuegos artificiales.
Desde entonces, en el mundo han triunfado revoluciones y golpes de Estado, han entrado en erupción volcanes fabulosos y han caído vastos imperios con todo lo clavado y lo plantado. El gol de Daniel Willington, sin embargo, continúa siendo eterno.
Lo corrobora una encuesta publicada por el diario, una encuesta empeñada en determinar cuál ha sido en la historia de la ciudad su deportista más iluminado. El resultado no ofrece dudas. Primero, Willington; después, nadie. Y después, nuevamente Daniel Willington.
En realidad, no somos otra cosa que un conjunto de perfumes, sensaciones y recuerdos y la única verdad que prevalece es la música de las palabras al evocar un gol que seguramente comenzó a gestarse hace miles de años, cuando Homero decía que a los dioses tanto se llegaba a través de la oración como siguiendo el vuelo de la flecha de un atleta.
En video, el maravilloso gol que le hizo Daniel Willington a Belgrano jugando para Talleres
El posteo de Vélez por el fallecimiento de Willington
Las referencias de Vélez para Willington
élez Sarsfield lamentó profundamente el fallecimiento de Daniel Willington, ocurrido este lunes a los 83 años. El club lo definió como el “héroe de la primera gran conquista” y uno de los “ídolos máximos de nuestra historia”. En su mensaje de despedida, expresó: “Serás siempre eterno, Daniel”.
Conocido como “El Cordobés”, Willington fue considerado por Vélez como un “crack único e irrepetible”. Se lo describía como el prototipo del número diez clásico: talentoso, inteligente, creador y organizador con panorama. En palabras actuales, “alguien que entendía el juego”.
Dotado de condiciones técnicas excepcionales, destacaba por su habilidad, su gambeta desequilibrante y una pegada que combinaba potencia y precisión. El club lo ubica en el podio de los mejores futbolistas que vistieron su camiseta, y lo considera el jugador más dotado en su centenaria historia.
Willington fue el referente y pieza clave en la obtención del primer título profesional de Vélez Sarsfield, en 1968. Aquel equipo, que incluía figuras como Carone, Ríos, Marín, Solórzano y Gallo, se conocía “de memoria” tras varias temporadas juntos.
Llegó al club en 1961, con apenas 19 años, de la mano de Victorio Spinetto. En su primera etapa, disputó 212 partidos y marcó 65 goles, hasta 1970.
Su vínculo con el legendario presidente del club, Don Pepe Amalfitani, fue profundamente afectivo. Willington lo describía como “un padre”, y sentía que él era para Amalfitani “como un hijo, no un futbolista”.
Don Pepe le ofrecía un trato preferencial, lo aconsejaba y protegía como a un hijo propio. También lo reprendía cuando era necesario, y le perdonaba sus “diabluras de muchacho juguetón”.
Para asegurar su compromiso, Willington vivió durante dos años debajo de la tribuna, solo, sin su esposa. Lo entendió como una prueba, y respondió con fútbol: “No podía defraudarlo”. La magnitud de esa relación quedó reflejada cuando lloró ante el féretro de Don Pepe el día de su muerte.
Cómo veía la vida y el fútbol Daniel Willington

La revista El Gráfico lo entrevistó en 1999. En esa charla, “el cordobés” repasó sus memorias sobre su paso por Vélez, Talleres y la fama de su carácter.
Willington llegó a Vélez en 1962, con apenas 20 años. Es recordado como símbolo de clase, talento y estilo en el Fortín.
De físico imponente, pero ágil en el regate, su virtud más destacada era la pegada: potente y precisa, con una combinación de fuerza y exactitud que algunos comparan con la visión de Riquelme, aunque con mayor eficacia frente al arco.
Gratitud, Vélez y Talleres
Nacido en Santa Fe y criado en Córdoba, Willington construyó su carrera gracias a figuras clave y a las instituciones que lo acogieron. Siempre expresó gratitud hacia sus padres, Don Pepe Amalfitani, Don Victorio Spinetto, Talleres de Córdoba y Vélez Sarsfield.
Su vínculo con el “Viejo Fortín” fue casi paternal. Amalfitani, pese a los rumores sobre su conducta, confió en él y lo protegió. Incluso le administraba el dinero y le enseñaba a “caminar”. Willington recordó que, aunque River Plate ofreció 10 millones y varios jugadores en 1964 o 1965, Don Pepe le dijo: “Que se queden todos esos en River, vos sos de Vélez”. Durante años, estuvo entre los diez jugadores mejor pagados del país.
En cuanto a Córdoba, el exfutbolista guardaba un gran aprecio por Talleres, club con el que logró un ascenso como director técnico. Recordaba con especial cariño un gol desde unos 40 metros en un clásico ante Belgrano.
Tango, noche y fama de “antipático”
Willington reconocía que, aunque en el fútbol consiguió casi todo, le faltó una mejor relación con el periodismo, que lo tildaba de “antipático”. Cronistas como Ardizzone o Panzeri podían criticar su juego, pero lo que más le molestaba era que se metieran en su vida privada.
Defendía su estilo de vida. Contaba que, siendo joven, con 20 o 22 años y con auto propio (algo poco común en esa época), salía de lunes a miércoles a jugar al ping pong, al billar o al bowling. También le gustaba “milonguear”. Su vida estaba atravesada por el tango y la música popular, y llegó a compartir momentos con figuras como Floreal Ruiz, Argentino Ledesma y el Polaco Goyeneche. Cuando le preguntaban si ese estilo de vida era una “fábula”, respondía con vehemencia, nombrando a sus amigos del ambiente tanguero.
Reflexiones sobre el deporte y el futuro
Al reflexionar sobre su carrera, Willington decía que lo mejor que le dio el fútbol fue la amistad: “No me alcanzan los dedos de los pies para contarlos”. Lo peor, haber estado diez años en la preselección de los Mundiales sin jugar ninguno.
Aunque fue director técnico —logró el ascenso con Talleres y dirigió en Vélez—, en 1999 se dedicaba a asesorar en la Secretaría de Deportes del gobierno. Militaba en el PJ “de toda la vida”.
También criticaba la profesionalización de la gestión deportiva. Rechazaba ser empresario porque lo consideraba “traficar con carne humana”, una práctica que, según él, provocó el bajón del fútbol cordobés.
Daniel Willington, genio, figura y guapo, se despidió del fútbol con la convicción de haber jugado a su manera, incluso cuando la gente pensaba que “jugaba cuando quería”.
El saludo de Belgrano para Willington
El fútbol cordobés está de luto por la muerte de Daniel Willington, quien falleció este lunes 3 de noviembre a los 83 años. Reconocido como una de las grandes figuras del deporte local, Willington fue uno de los máximos ídolos de Talleres y un referente indiscutido en la historia del fútbol de Córdoba.
A pesar de la histórica rivalidad entre clubes, Belgrano se sumó al dolor por la partida del exfutbolista, a través de sus canales oficiales y de un mensaje personal de su presidente, Luis Fabián Artime.
El mensaje institucional de Belgrano
Desde sus redes sociales, el Club Atlético Belgrano lamentó el fallecimiento de Willington, destacando su relevancia en el ámbito deportivo provincial. “Lamentamos el fallecimiento de Daniel Willington, una de las grandes figuras que dio el fútbol de Córdoba”, publicó la institución.
En un gesto de acompañamiento, el club expresó: “Acompañamos a su familia y a sus seres queridos en este momento de dolor. Q.E.P.D.”.
La despedida de Luis Fabián Artime
El presidente de Belgrano, Luis Fabián Artime, también se pronunció con un mensaje cargado de respeto y reconocimiento. En sus palabras, definió a Willington como “símbolo eterno del fútbol cordobés y nacional”, y expresó su acompañamiento a los familiares del exjugador en este difícil momento.
Daniel Willington sufrió una descompensación en la mañana del lunes y fue internado en el Instituto Cardiológico, donde finalmente falleció.

























