El debut de Argentina en Qatar 2022 quedará en la historia como una de las grandes decepciones de un seleccionado albiceleste en un mundial. La actuación del equipo que dirige Lionel Scaloni estuvo lejos, muy lejos, de las ilusiones que generaba esta selección que llegó a Qatar 2022 con todos los pergaminos y los antecedentes para justificar el rótulo de gran candidata.
Pero pasó lo que nadie quería y esperaba que pasara: derrota y pésimo primer paso ante, en los papeles, el rival más accesible del Grupo C. El inicio, que todos saben marca un rumbo aunque nunca sea definitivo, llena de dudas el futuro, pero este paso en falso está lejos de ser definitivo. Argentina sufrió en propia piel el primer gran batacazo de la Copa del Mundo 2022 y fue un mazazo a la ilusión.
Perdió bien Argentina y ganó bien Arabia Saudita desde sus limitaciones. Un baño de realidad a los exitismos que pueden derrumbarse por esto, por un rival que juega, por una actuación deslucida, por individualidades de bajo nivel, por dos tiros rivales al arco y dos goles sufridos, por la presión de ganar a cualquier precio... o de pensar que era muy fácil, mas allá de las reiteradas advertencias de Scaloni.
Ahora, tras la histórica derrota y el fin de un largo invicto en el momento menos pensado, a recuperarse, ya con otro panorama, con otro contexto, con otras obligaciones.
Pero así como nadie gana en la víspera, vale aferrarse a la esperanza que marca que nadie pierde, ni muere, en la víspera. Por eso, a sacudirse la malaria y a reconstruir el porvenir. Todo puede pasar.
