Diego Ulises Ortegoza no se fue nunca del Mundo Talleres pero su lugar fue cambiando. Hoy se afirmó en la titularidad y pasó a ser desequilibrante, ante Vélez y sobre todo con Platense, el partido que combinado con otros resultados le permitió al primer equipo asegurar la permanencia y mantenerse entre los clasificados a octavos de final.
“Uli” siempre estuvo en la consideración del DT Carlos Tevez, pero cambió su gravitación en un mediocampo de cuatro volantes centrales, recostado sobre la izquierda y acompañado por Juan Portilla, Mateo Cáceres y Matías Alejandro Galarza. En estos dos partidos se pareció a aquel juagdor que Javier Gandolfi definió como “el jugador más desequilibrante” en épocas de Ramón Sosa, Michael Santos, Diego Valoyes, Rodrigo Garro y Rodrigo Villagra.
Feliz y gravitante
Ortegoza volvió a ser figura, después de un comienzo complicado que bien o pudo sacar definitivamente de las preferencias de Tevez. En el partido con Godoy Cruz, por la tercera fecha, se fue expulsado tras responder a la provocación de Federico Poggi, lo que le valió comerse tres partidos afuera, en uno de los peores momentos cuando la “T” estaba en un desempate parcial con Aldosivi para no irse al descenso.
Tevez observó esa expulsión y otras. “No hablé con Ulises, seguramente lo haré en la semana. En los últimos dos partidos tenemos dos echados, hay que aprender”, advirtió.
Ahora se lo vio más parecido al de la era Ribonetto, que funcionaba como un relojito de quite y de romper, líneas. El llegó a ser de selección hace poco más de un año. La noche del 15 de octubre debutó en Chile y ante Colombia. Esos 10 minutos que jugó, y en los que logró sacar un tiro al arco, en medio de un partido perdido, le alcanzaron para decir al cielo: “Promesa cumplida”.
Ortegoza había dejado atrás un momento de incertidumbre. Un patadón de Marcos Rojo ante Boca supo sacarlo de un Talleres que era puntero de la Liga y le había truncado la chance de ir a la Copa América porque estaba entre preseleccionado con 55 jugadores más.
Ahora, Ortegoza está feliz. El golazo ante Platense aseguró la permanencia, estuvo cerca de hacer otro con un tiro que pegó al travesaño, fue figura en mil quites y la gente lo reconoció. Al final del Kempes, se lo vio contento, reflexionando sobre estas emociones, destacando su ascenso tardío al deporte profesional y cómo la personalidad y el carácter que forjó en la vida lo han ayudado a manejar “la presión de jugar ante 60,000 personas”. El jugador aceptó que está aprendiendo a jugar a nivel profesional “en vivo” y que vive situaciones difíciles, como fue la “patada” que le costó la expulsión ante Godoy Cruz.
Qué significa Talleres para Ortegoza
Lo dijo cuando cumplió 100 partidos en Talleres con su vuelta a la titularidad en el 0-0 ante Riestra por la fecha 7 de la Zona B del Apertura de la Liga Profesional.
“Estoy muy contento porque este club me dio todo; trato de devolvérselo día a día porque confió en mí. Llegar a 100 partidos en una institución como ésta no es fácil y no es para cualquiera”, sostuvo a poco de consumarse la igualdad con “el Malevo”.
“Uli” lo dijo. No es cosa de todos los días y menos en Talleres. El nacido en San Nicolás de los Arroyos lloró para poder quedarse cuando se plantó y Gimnasia de Mendoza tuvo que arreglar con la “T”. Había prometido a su abuelo paterno llegar al fútbol grande cuando era un niño cuando estaba a punto de partir.
Jugó en Argentino Oeste y General Rojo, hasta que decidió probar suerte en el ascenso de Buenos Aires y fichó en Los Andes del ascenso de AFA. Sin inferiores, se hizo camino, pasó a Gimnasia y llegó a la “T” en 2022. Debutó, hizo su primer gol ante River, pero tuvo que esperar la llegada de Javier Gandolfi para que explotara. Lo puso de doble cinco con Rodrigo Villagra y lo consideró el jugador “más desequilibrante”, como ya se mencionó. Con la llegada de Walter Ribonetto se convirtió en un relojito hasta llegar a la selección de Chile.
Una lesión provocada por Marcos Rojo (Boca) lo sacó antes del receso de la Copa América. Le costó bastante el regreso y cuando llegó Alexander Medina alternó bastante y tampoco fue convocado a Chile. Es más, llegó a plantear que tenía ganas de jugar en Universidad de Chile.
Goles son amores
Ortegoza tiene cuatro goles en Talleres y le ha costado mucho. Por caso, pasaron 876 días, entre su primer y segundo gol. Sí, entre el 1 a 1 frente a Atlético Tucumán del 16 de febrero pasado y la apilada increíble ante River, ocurrida el 24 de setiembre de 2022 pasaron 125 semanas o 28 meses. Es más cortó una racha de seis tiros a los palos, algo increíble.
Eran tiempos de alivio para el equipo, Medina y para el propio jugador, quien tuvo que recalcular su lugar. Es que entre las preferencias del “Cacique”, Juan Camilo Portilla, Matías Alejandro Galarza y Matías Galarza Fonda estaban adelante.
Talleres lo necesita así de imprescindible. “Uli” jugó la final de la Supercopa Internacional ante River, el 5/3 y fue campeón. Luego, quedó al margen en Copa Argentina, alternó en el Apertura y Libertadores con Guiñazú, fue suplente con Levisman, regresó con Cocca y se recuperó en el Talleres de Tevez.
























