El Estadio Alberto J. Armando, La Bombonera, fue el escenario de un apasionante duelo de eliminación directa este domingo, donde Talleres cayó ante Boca por 2 a 0, lo que selló su eliminación. Si bien el resultado aseguró la clasificación xeneize, el encuentro estuvo marcado por la alta tensión y, específicamente, por el cruce verbal y físico entre el defensor de Talleres, José Palomino, y el mediocampista de Boca, Leandro Paredes.
La intensidad del partido fue tal que el roce entre ambas figuras capturó la atención, especialmente por la reacción de Palomino, quien posteriormente contó los motivos detrás del altercado. Según las declaraciones del jugador de Talleres, la disputa fue un reflejo de la aspereza competitiva, en la que “se dijeron de todo”.
La Dureza de Palomino, infiltrado y Molesto
Palomino estaba decidido a participar en este crucial cruce de octavos de final en La Bombonera, a pesar de las molestias físicas. “El Depredador” jugó infiltrado para no perderse el partido ante Boca. Su presencia en el campo, luchando contra una lesión y la adversidad de la visita, realza la importancia que el jugador le dio a este compromiso y que no quería perderse por nada del mundo.
La tensión se desbordó cuando Palomino y Paredes se enfrentaron. El defensor de Talleres admitió que este tipo de confrontaciones, si bien son comunes en el fútbol, las formas del jugador campeón del mundo con la Scaloneta, no fueron de su agrado ya que dijo: “No me gusta”. Sin embargo, explicó que su decisión de ir “para adelante” y encarar a Paredes fue una respuesta directa a la actitud que percibió en el jugador de Boca.
Palomino sostuvo que Paredes intentó usar la localía como una herramienta de intimidación, buscando disminuir anímicamente al rival. “Me quiso hacer sentir digamos que estoy de visitante”, confesó Palomino, identificando esto como la raíz de su molestia.
El mensaje de Palomino fue claro y contundente, estableciendo un límite ante cualquier intento de amedrentamiento en el terreno de juego. El defensor de Talleres enfatizó que la superioridad o el intento de intimidación no tendrían efecto sobre él: “...De guapo, no me gusta”. A pesar de la vehemencia del cruce, el jugador concluyó que se trató de “cosas que pasan ahí”, minimizando el incidente una vez finalizado el encuentro que terminó con la victoria de Boca por 2 a 0.
El enfrentamiento entre Palomino y Paredes simbolizó la alta presión de los duelos de eliminación, donde las palabras y los gestos son tan parte del juego como la pelota. Palomino demostró así que, incluso jugando con dificultades, su carácter no se doblega ante la jerarquía o el intento de presión del rival.
