El árbitro de la final de la Copa del Rey se quebró en llanto el viernes al contar el maltrato verbal que su hijo sufre como consecuencia de las críticas hacia su trabajo, impulsadas especialmente por los principales clubes, en particular el Real Madrid.
Ricardo de Burgos Bengoechea expresó su dolor ante los periodistas después de que Real Madrid TV emitiera un video donde se lo acusa de perjudicar al club blanco.
“Cuando un hijo va al colegio y le dicen que su padre es un ladrón, eso es muy jodido”, dijo De Burgos, con la voz entrecortada. “Lo único que intento es educar a mi hijo para que sepa que su padre es honrado, enseñarle lo que es el arbitraje. Que cada uno haga una reflexión sobre hacia dónde queremos ir. Me gustaría que lo sepan, es muy duro”, agregó.
Desde el club madrileño respondieron rápidamente, señalando que las declaraciones de los árbitros asignados para la final contra el Barcelona eran “inadmisibles” y reclamaron sanciones contra ellos.
Poco después, el Real Madrid publicó otro comunicado en el que desmintió cualquier intención de no presentarse al partido.
“Ante los rumores surgidos en las últimas horas, el Real Madrid comunica que nuestro equipo nunca se planteó renunciar a jugar la final de mañana”, aseguraron. “Nuestro club entiende que las desafortunadas e inapropiadas declaraciones de los árbitros designados para este partido, efectuadas 24 horas antes de la final, no pueden manchar un evento deportivo de trascendencia mundial que será visto por cientos de millones de personas”, añadieron.
El video difundido por Real Madrid TV sostiene que el club ganó el 64% de los partidos arbitrados por De Burgos, mientras que el Barcelona triunfó en el 81% de los encuentros dirigidos por él.
Una voz en off calificó esta diferencia como “increíble”, al tiempo que cuestionaba la capacidad del juez y mostraba imágenes de supuestos errores arbitrales, acompañadas por música dramática. El video no aclaraba quiénes habían sido los rivales en esos partidos ni si se disputaron de local o visitante.
Diversos observadores independientes consideraron que estos videos forman parte de una estrategia del Real Madrid para presionar a los árbitros antes de los partidos.
En su primer comunicado, el club defendió la publicación de los videos bajo el paraguas de la “libertad de expresión” y aseguró que las respuestas de los árbitros “demuestran, una vez más, una clara y manifiesta animadversión y hostilidad de estos árbitros contra el Real Madrid”.
En medio de la polémica, el club decidió no participar de la conferencia de prensa y del entrenamiento oficial previo a la final, ni de la foto oficial del evento.
Una campaña sistemática
Real Madrid TV ya había hecho de este tipo de videos una práctica habitual, en el marco de una campaña de presión contra el arbitraje que viene sosteniendo durante toda la temporada.
En febrero, el club envió una carta a la Federación Española de Fútbol denunciando que las decisiones arbitrales “perjudican rutinariamente” al equipo y señalando que “las decisiones en contra del Real Madrid han alcanzado un nivel de manipulación y adulteración de la competencia que ya no puede ser ignorado”.
En otro episodio reciente, tras la expulsión del mediocampista Jude Bellingham, algunos medios acusaron al árbitro de ese encuentro de tener conflictos de intereses comerciales, aunque una investigación de la Federación lo terminó exonerando.
Advertencias del cuerpo arbitral
De Burgos habló junto al árbitro de VAR, Pablo González Fuertes, durante la ya habitual conferencia de prensa previa a la final de la Copa del Rey, un espacio donde los árbitros son excepcionalmente sometidos a preguntas de la prensa.
González Fuertes no sólo apoyó a su compañero, sino que lanzó una advertencia: “No vamos a seguir aguantando lo que estamos aguantando. No te quepa ninguna duda de que vamos a tener que empezar a tomar medidas mucho más serias de las que se están tomando”, aseguró, sin dar detalles.
También expresó su preocupación por el nivel de violencia verbal que reciben los árbitros, tanto dentro del campo como en redes sociales: “Creo que nos estamos equivocando en el camino porque eso va a tener consecuencias, no sabemos cómo se capta ese mensaje y va a llegar el día en el que tengamos problemas. Tenemos que intentar dar una solución a este ambiente de beligerancia”, remarcó.