Instituto se mueve en silencio, pero fuerte. En Alta Córdoba saben que vienen de un año que dejó sabor amargo y que para cambiar la historia hace falta algo más que buenos deseos: hace falta un sacudón. Y en ese tablero aparece un nombre que no pasa inadvertido, un apellido que todavía hace ruido en Córdoba: Franco Jara.
El delantero de 37 años, que quedó libre en Belgrano tras un ciclo que sorprendió por su vigencia, está cada vez más cerca de ponerse la albirroja.
No hay confirmación, nadie sale aún a afirmarlo en público, pero la negociación está encaminada. Y más allá de los matices que faltan resolver —y que no son menores—, en Instituto sienten que esta vez la ilusión no es humo: la chance es real.
Jara, de Belgrano... ¿a Instituto?
La edad puede engañar. Jara no es un juvenil que llega a “ver qué pasa”.
Es un futbolista con rodaje, con estado, con competencia encima y con un 2025 que lo dejó bien posicionado. Su salida del Celeste fue dolorosa para los hinchas de Belgrano y hasta dejó heridas puertas adentro.
No es casual que muchos dirigentes reconocieran, fuera del micrófono, que dejarlo ir pudo haber sido un error. Con 87 partidos y 29 goles en la “B”, dejó huella.
Por eso, para Instituto, ir por Jara no es un simple fichaje: es un mensaje. Un gesto de autoridad. Una apuesta a la experiencia, a la calidad y al gol. Un movimiento que va más allá de la tabla y toca directamente la fibra de los hinchas, esos que después de un año difícil necesitan volver a creer.
En lo deportivo, la necesidad es clara: la Gloria debe reforzarse con un “9” de jerarquía y presente. Y Jara entra perfecto en ese molde.
No es ni por asomo un exdelantero: todavía se siente competitivo, todavía tiene “fuego” —como él mismo dijo— y busca seguir escribiendo capítulos importantes en su carrera.
El club no hará locuras, está claro. El jugador deberá acomodarse a lo que Instituto ofreció. Pero la voluntad existe. Y hay un punto a favor que pesa mucho más de lo que parece: Jara ya está instalado en Córdoba. Sus hijos juegan en clubes locales, van al colegio acá, su vida está armada. La posibilidad de seguir en la ciudad seduce. Y en Alta Córdoba lo saben.
Lo que se sabe del posible pase de Jara a Instituto
Desde el entorno del delantero aseguran que “lo más probable” es que termine firmando con Instituto. En el club mantienen cautela: no quieren regalar ventaja ni quedar expuestos ante una negociación que también puede ser utilizada para subir el precio en otro destino. Pero la sensación es que esta vez no están negociando a ciegas: Jara quiere seguir en Córdoba.
Y ahí aparece otro punto clave: un refuerzo así no sólo mejora el plantel, también mueve la ilusión. Es de esos nombres que invitan a asociarse, a pagar la cuota, a acercarse al club con ganas. De esos viejos conocidos que no vienen de pasada, sino a competir y a dejar algo.
La Gloria necesita un golpe de efecto. Algo que reoriente el ánimo, que ponga al equipo en página de protagonista. Y la llegada de Franco Jara, si finalmente se confirma, puede ser exactamente eso: un puente entre el presente incierto y un 2026 que Instituto quiere escribir con un trazo más firme.
Por ahora, la pelota está en el aire. Pero en Alta Córdoba, por primera vez en varios meses, la ilusión empieza a picar fuerte. Y tiene nombre y apellido: Franco Jara.
