En el Mundo Talleres se piensa en que el clásico del domingo ante Belgrano actúe como un despertador para que el primer equipo renazca en serio y cambie su destino en este torneo Apertura –el de peor arranque desde 1987/1988, con un triunfo en 10 partidos–, sin tener que esperar al inicio de la Libertadores, previsto para el próximo miércoles ante São Paulo, o algo más drástico, como el cambio de entrenador.
Haber obtenido la final de la Supercopa Internacional ante River, en definición por penales, con la mejor actuación posible en la crisis, demostró que ante una motivación superior hubo reacción.
Sin embargo, la eliminación de Copa Argentina contra Deportivo Armenio, en definición por penales (los 90 terminaron 3-3) y el papelón que fue su forma (ganaba 2-0 y pasó a perder 2-3 en cinco minutos), pusieron en estado de investigación al presidente Andrés Fassi –debió regresar de México–, ya que el DT Alexander Medina habló de un análisis “mucho más profundo” que la planificación de ese día en la cancha de Colón.
Fue la eliminación de un torneo en el debut, del que Talleres es habitual protagonista y el primer revés en serio del plantel más caro de “la historia”, según definió el presidente albiazul. Además de una oportunidad menos para clasificar directo a Libertadores en 2026, uno de los premios que ofrece al campeón.
Los 45 minutos ante Godoy Cruz (para completar el partido que se había suspendido el 4/2), en Mendoza, mostraron a un Talleres con otros nombres, aunque con las mismas necesidades: imponer condiciones sobre el rival con el correspondiente equilibrio defensivo. Quedó a mitad de camino, ya que fue superior al “Tomba” y mereció ganarle, pero chocó con las limitaciones de siempre.
No pudo convertir, sumó su cuarto 0-0 y fue el sexto partido sin marcar en 10 partidos jugados en Liga. También es cierto fue importante que no le convirtieran, aunque Godoy Cruz no le llegó nunca. Como se ve, después de semejante eliminación, Talleres empezó por lo básico.

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Qué tiene. En esta crisis, el DT ha vuelto a barajar y dar de nuevo, como lo hizo en la previa a los cinco triunfos consecutivos que le permitieron igualar a Vélez (dueño de una diferencia de gol prácticamente indescontable) en la penúltima fecha de la Liga Profesional 2024, de la que terminó siendo segundo. En el acto ofensivo, el cambio más importante: Emanuel Reynoso obtuvo la prioridad de juego cada vez que ingresó. Ante River y Armenio, le tocó ingresar en el complemento y gravitó. Pudo convertir su primer gol. Eso le valió ser titular en lugar de Rubén Botta, el “10″ que tiene Talleres desde que llegó en 2024. En las bandas, el DT le sumó a Valentín Depietri y le dio más continuidad a Rick, antes de que Galarza Fonda se fuera a la selección de Paraguay. El “9″ elegido fue Cristian Tarragona, más gravitante contra Armenio (gol y participación en el 2-0) que con Godoy Cruz, mientras que Nahuel Bustos y Federico Girotti han tenido que esperar en el banco. Como volantes centrales, la dupla entre Ulises Ortegoza y Juan Portilla sólo varió ahora que el colombiano se fue a la selección, cuando fue reemplazado por Joaquín Mosqueira.
Defensa. Las novedades han sido las salidas de Gastón Benavídez y de Miguel Navarro por sendas lesiones musculares hace tres y dos partidos, respectivamente. Además, debutaron Tomás Cardona y Javier Burrai en Copa Argentina y no dieron resultados. Guido Herrera, Juan Carlos Portillo y Juan Rodríguez ya jugaron en Mendoza y Gastón Benavídez iría por Schott. Blas Riveros es la alternativa a Navarro. Godoy Cruz no inquietó, pero Belgrano será otra exigencia.

Potencialidad. Necesita desarrollarse, en todo sentido. Está muy cerca de valores mínimos. “Bebelo” tiene la labor de conducir y de decidir los tiempos de la “T”. Fue de los primeros en mejorar al colectivo con su aporte y también desde lo individual. Toca a Depietri y a Galarza Fonda o a Rick crecer de la misma manera. ¿En qué? En sociedades y puntería, como pueden tomarse los tantos convertidos ante Armenio.
Desde el punto de vista defensivo, la “T” puede recuperar esos conceptos que le dieron un gran equilibrio contra River. Sin eso, no hay chances de nada. O, mejor dicho, de muy poco. Las espaldas de los volantes centrales y la cobertura de bandas llegaron a ser espacios que Talleres había empezado a cubrir hasta que ocurrió lo de Armenio, que convirtió desde el juego interior y la salida, casi al mismo tiempo, de la zaga ante un inspiradísimo Jonathan Herrera. La suma de los laterales al ataque, de manera permanente, tendrá que darse cuando estén dadas las condiciones.
Control. Control de pelota y presiones pospérdida son movimientos que la “T” supo hacer bien y que necesita recuperar. Son pasos básicos y fundamentales, como potenciar sociedades y mejorar resoluciones, para poder pensar en avanzar hacia una identidad de juego completa. El juego está abierto. Talleres tiene mucho por jugar y por ganar. Ya se levantó dos veces en esta vuelta de Medina y así cambió el final del torneo pasado y hace poco sumó una Supercopa Internacional. Ya sabe cómo es.