Las dificultades financieras del Grupo Gillett, liderado por Foster Gillett, comienzan a tener impacto en el fútbol argentino. Tras su incursión en diversas operaciones de compra de futbolistas, los fondos comprometidos no aparecen, lo que complica el futuro de varios jugadores. Ante esta incertidumbre, River Plate decidió marcarle un límite al empresario.
El club de Núñez aguarda el pago por la venta de Rodrigo Villagra, transacción que permitiría concretar la llegada de Kevin Castaño. Villagra fue adquirido por el grupo inversor y se encuentra en la búsqueda de un club que lo incorpore, pero hasta el momento River no ha recibido los casi 11 millones de dólares acordados por su pase.
Frente a esta situación, la dirigencia millonaria fijó un plazo hasta el fin de semana para cerrar la operación. Si el pago no se concreta, Villagra deberá reincorporarse al plantel dirigido por Marcelo Gallardo y ponerse a disposición del cuerpo técnico.
Un modelo de inversión en crisis
El desembarco de Gillett en el fútbol sudamericano comienza a generar serios inconvenientes para los clubes de la región. Su intención de adquirir un equipo en Inglaterra llevó a que desde Europa se le exigiera un aval del Tesoro de los Estados Unidos, trámite que aún no se ha aprobado. Como consecuencia, sus fondos se encuentran momentáneamente congelados, paralizando múltiples transacciones.
Este revés financiero ha puesto en jaque varias inversiones y transferencias, como la de Valentín Gómez. El defensor dejó Vélez a mediados de enero para sumarse a Udinese bajo la gestión de Gillett, pero su pase no pudo concretarse porque el club de Liniers aún no recibió el dinero de la rescisión contractual.
Actualmente, Gómez se encuentra en Udine sin la habilitación para entrenar con el equipo italiano y, con el mercado de pases cerrado, su futuro es incierto. Ante esta situación, solicitó a Vélez un permiso para entrenar en las instalaciones de Udinese fuera de horario, pero la dirigencia del Fortín lo rechazó por temor a una posible lesión que complique aún más la transferencia.
Así, el modelo de inversión de Gillett, basado en la adquisición y reventa de jugadores, empieza a desmoronarse, afectando no solo a las instituciones argentinas sino también al desarrollo profesional de los futbolistas involucrados.
El enojo de Estudiantes
El magnate se había comprometido a otorgar un préstamo de 10 millones de dólares para fortalecer el plantel y avanzar en incorporaciones clave, pero hasta el momento, la transferencia no se hizo efectiva. Esta demora genera complicaciones en la contratación de Ezequiel Piovi, proveniente de Liga de Quito, quien aún no pudo debutar oficialmente con la camiseta albirroja debido a que el club no terminó de abonar su ficha.
Desde la dirigencia aseguran que esta semana será definitoria. Si el desembolso no se concreta en las próximas horas, el acuerdo con Gillett podría quedar sin efecto, lo que también afectaría su posible asociación comercial con el Pincha. A pesar de meses de negociaciones, Verón y el vicepresidente Martín Gorostegui no descartan que el entendimiento no llegue a la Asamblea Extraordinaria prevista para marzo.
El malestar con el empresario va en aumento, no solo por la falta de pago a Estudiantes, sino también por su historial de deudas con otros clubes y por su reciente acercamiento a Vélez, lo que generó críticas de los hinchas en redes sociales. Además, su grupo inversor negocia la compra de Hernán López Muñoz, pero todavía no definió en qué club jugará el futbolista.