Belgrano llega al clásico con el sabor agridulce del partido con Sarmiento en Junín que terminó empatado en cero, porque el entrenador Guillermo Farré y el presidente del club, Luis Artime, fueron muy críticos del arbitraje en ese encuentro.
La “B” se sintió “despojada” tras un par de fallos que perjudicaron claramente al equipo, en especial el golpe de Quiroz sobre Ibacache, que derivo en la salida del lateral antes del final del juego.
Molesto, el presidente Artime sostuvo que el VAR es “un salvavidas de plomo” con relación a las malas determinaciones adoptadas por Tello en ese encuentro en Buenos Aires.
Pero la página se da vuelta y el clásico golpea la puerta para ser el segundo partido de visitante en forma consecutiva en la Copa. Para Belgrano, jugar fuera de Alberdi no es una buena noticia si se toma en cuenta que presenta una racha de 10 partidos sin ganar y en lo que convirtió solamente dos goles.
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Delantero con gol. A pesar de que en la previa al inicio de esta competencia perdió a su “as de espadas” en ofensiva: Pablo Vegetti, hoy cuenta con Lucas Passerini, quien ha convertido cuatro goles en seis paridos, lo que equivale al 50% de los tantos que el Pirata lleva anotados en el torneo.
Renovación y cambio. A diferencia del torneo de la Liga, en el que disputó la mayoría de los encuentros con jugadores llegados desde el ascenso, ahora tiene en campo un equipo renovado, en especial del medio hacia arriba. Y no es un detalle menor.
Variantes en el medio. Otra característica de este Belgrano en la Copa de la Liga es que el equipo cuenta con un mejor recambio que en otras ocasiones, porque ahora el DT puede alterar la manera de jugar o de planificar los partidos con un mejor “banco”.
Otra mentalidad. A pesar que la racha de visitante no es la mejor, el equipo acumula tres fechas sin derrotas fuera del Gigante, y en dos de estos partidos terminó con su arco en cero.
Jueguen los que juegan. Para conseguir un resultado positivo, necesitará que Matías Marín, Lautaro Pastrán y Ulises Sánchez estén más encendidos que en los últimos partidos, porque desde sus botines pueden nacer las mejores jugadas del equipo. No lo han conseguido de manera regular y en los últimos compromisos fallaron, por eso el clásico es una gran chance para mostrar de lo que son capaces.
Un fondo firme. Con un arquero en un nivel muy alto como Nahuel Losada más un par de centrales que han marcado la diferencia a la hora de cortar los circuitos de juego de los atacantes rivales, el equipo solamente ha recibido cuatro goles en seis partidos. “Sostener el arco en cero” es una de las claves de este nuevo Belgrano.
