Las seis derrotas en los últimos siete partidos del Torneo Clausura complicaron el panorama de River Plate, que además de quedar sin chances de ganar el certamen, también perdió la posibilidad de clasificarse directamente a la fase de grupos de la Copa Libertadores. La derrota 2 a 0 en el Superclásico ante Boca profundizó la crisis y relegó al equipo de Marcelo Gallardo al cuarto lugar de la tabla anual.
Con una fecha por disputar, el “Millonario” suma 52 puntos, por detrás de Argentinos Juniors (54) y por delante de Deportivo Riestra (51). El objetivo inmediato es terminar tercero, posición que otorga un cupo para el repechaje del máximo torneo continental.
El panorama quedó abierto luego de la victoria del Bicho frente a Belgrano y la derrota agónica del Malevo ante Independiente, resultados que favorecieron al conjunto dirigido por Nico Diez, ahora tercero con 54 unidades.
Para recuperar esa posición, River deberá ganarle a Vélez en el José Amalfitani y esperar que Argentinos pierda en La Plata frente a Estudiantes. Si el Bicho empata y el Millonario gana, la definición será por diferencia de gol, que hoy favorece a los de La Paternal por dos tantos (+19 contra +17).
En caso de empatar, River solo podrá aspirar al cuarto lugar, siempre y cuando Riestra no sume de a tres en su visita a Godoy Cruz. Si pierde, dependerá de otros resultados para no caer en la tabla: podría finalizar cuarto si el Malevo no gana, pero también descender hasta el séptimo puesto si triunfan Riestra, Racing y San Lorenzo.
Cabe destacar que el cuarto lugar también podría otorgar un cupo a la fase 2 de la Libertadores, siempre y cuando el campeón del Clausura sea alguno de los tres primeros de la tabla anual (Rosario Central, Boca o Argentinos/Riestra, según cómo finalicen).
La única vía directa para River hacia la fase de grupos sería consagrarse campeón del Clausura, aunque ni siquiera tiene asegurada su clasificación a los octavos de final del torneo. Si termina quinto o peor, deberá conformarse con disputar la Copa Sudamericana 2026.
El equipo de Gallardo llega así a la última jornada con la calculadora en la mano y la obligación de ganar para mantener vivo su sueño continental.

























