El paraguayo Juan Carlos Ruiz Díaz (56), hoy funcionario del ministerio público fiscal de su país, fue un gran goleador de Talleres en la década del ‘90. Es más: fue el jugador extranjero con más goles y más partidos disputados en la “T”, donde entre 1993 y 1996 jugó 122 partidos y convirtió 32 goles, en la Primera División y en el Nacional B. Esto, hasta que su marca fue superada por el uruguayo Michael Santos, quien llegó en 2023 a los 34 goles con la casaca albiazul.
“El Paragua” es un jugador muy querido en Talleres y su paso por el club entre 1990 y 1996 fue exitoso, al punto que los hinchas albiazules mas memoriosos y sus excompañeros de equipos -Daniel Kesman, su compatriota Catalino Rivarola, Osvaldo Coloccini, Claudio Rivadero, Elvio Vázquez, Miguel Ludueña, por sólo citar a algunos- guardan gratos recuerdos de él, no sólo por su condición de goleador si no por su don de buena gente.
Es más: tienen un grupo de whats ap en los que se comunican habitualmente. Se forjó una amistad entre ellos que aún perdura, al punto que una treintena de futbolistas de esa camada se reunieron un par de años atrás, en el CARD Amadeo Nuccetelli, organizado por Juan Carlos y con la colaboración de la directiva albiazul, para jugar un picado y comer un asado.
Ruiz Díaz vivió la presencia de Talleres para jugar la final de la Supercopa contra River como un hincha más, pero también en su rol de fiscal. Estuvo en la popular de la Nueva Olla donde se ubicaron a los matadores, pero también debió intervenir para darles una mano a los hinchas albiazules que entraban a Paraguay, sofocados por el calor y sin que tuvieran un espacio cómodo para congregarse y hacer la previa de la finalísima.
Así lo comentó el exdelantero albiazul a Deportes La Voz. “Cuando los hinchas llegaron al país entrando en caravana, yo estaba haciendo un procedimiento judicial por la costanera del Río Paraguay. Me encontré con ellos, venían en unos 7 u 8 vehículos, y por supuesto me puse hacer una fiesta, a los bocinazos, en el auto que me llevaba. Después, ya en mi oficina, me enteré de que muchos que venían en colectivo no tenían un lugar donde congregarse y que los retenían en los ómnibus en la ribera de la Costanera”, relató.
Y prosiguió: “Así que hablé con el jefe del operativo de seguridad y los llevamos a un lugar cerca del estadio, donde pudieron bajarse, ir al súper y mojarse con algunas mangueras para pasar el calor de 40 grados que era inaguantable. Inclusive hubo vecinos que les dieron parrillas para hacer los chorizos que habían llevado. Tuvieron un comportamiento ejemplar. Como hincha de Talleres me enorgullecí y lo quiero destacar. Más tarde me llamaron de la seguridad de Talleres para agradecerme por lo que hice, pero les respondí que nada tenían que agradecer, porque mi corazón estaba del lado de ellos”.
Pero, claro, como funcionario judicial que es, nada pudo hacer para impedir que varios hinchas albiazules no pudieran entrar al estadio, por haber consumido alcohol.
“Después, me llamaron desde la entrada de la Nueva Olla, cuando me disponía para salir a la cancha, para decirme que había problemas con algunos hinchas porque habían ingerido alcohol y les impedían entrar al estadio. Acá está prohibido consumir a 500 metros de un espectáculo público y antes de entrar se les hace un alcotest. Lastimosamente varios fueron demorados y quedaron retenidos hasta que terminó el partido”, comentó el exgoleador de la “T”.
“Uno siempre está para ayudar y yo me siento un hincha más de la “T”. Seguro les va a tocar volver a Paraguay a jugar por la Copa Libertadores y otra vez estaremos gustosos de recibirlos. La verdad es que tengo una felicidad inmensa por poder haber visto a Talleres salir campeón, de una vez por todas, y en mi país. Para mí será inolvidable”, finalizó Ruiz Díaz.