Racing tenía todo controlado y se quedaba con tres puntos de oro en condición de local, pero... el equipo dirigido por Héctor Arzubialde se quedó en el segundo tiempo y terminó 2-2 ante Güemes. ¿Por qué pasó lo que pasó?
Estas son las claves
- Racing, como otras tantas veces, sea el entrenador que tuviera, expresó su candor, entre otras dificultades, para defender un buen resultado. Consiguió una ventaja de dos goles en el primer tiempo, que no pudo sostener en el complemento.
- Su propio déficit para cuidar la ventaja, el aumento de la intensidad en el juego del equipo santiagueño y un arbitraje “de hormiga”, que a través de Joaquín Gil se expresó no cobrando algunas infracciones evidentes del visitante, sí castigando algunas dudosas del local, coronando su actuación con un claro penal que no cobró por falta a Julián Vignolo cerca del final.
- Quedó la sensación en Nueva Italia que Racing cedió dos puntos, tras dejarse llevar por la prepotencia de Guemes, que, amparado en un arbitraje lamentable, y por la buena actuación de algunos de sus jugadores, accedió a una igualdad que al final de los primeros 45 minutos, parecía muy difícil de conseguir.
- Racing hizo un buen primer tiempo, intentó jugar bien a la pelota, pero deberá a acostumbrarse a ensuciarse más el overol para sacar adelante estos partidos complicados.