Seguro cuando Scaloni hable este lunes ante la prensa en la conferencia obligatoria previa al debut hará hincapié en la necesidad de empezar el Mundial con una victoria por la trascendencia de dar un primer paso positivo.
El entrenador argentino ratificará lo que todos saben y piensan respecto al estreno, ese que marca el rumbo en una competencia en la cual el principal objetivo es jugar siete partidos, pero que nadie desconoce que el primer juego es determinante para lo que viene.
Y lo sabe a la perfección Scaloni, quien en el Mundial de Rusia 2018 era parte del cuerpo técnico que encabezaba el caótico Jorge Sampaoli. Cuando en Moscú el 1-1 frente a la debutante Islandia ya era una realidad en la primera fecha de la Copa del Mundo rusa las expresiones, los gestos y las miradas de los jugadores denotaban lo que ese mal comienzo había representado.
En la zona mixta, por donde el trencito de jugadores argentinos terminaban en el ómnibus que los llevaría a su búnker, sólo ver el rostro de Lionel Messi -quien además había tenido la mala fortuna de errar un penal- alcanzaba para tomar conciencia de lo que había significado ese empate con los noveles islandeses y de lo sinuoso que sería el camino. Todo se confirmó en los compromisos siguientes y con la eliminación en octavos.
Por eso, más allá del favoritismo que a priori tiene Argentina para el debut del martes frente a Arabia Saudita, será clave que el inicio sea triunfal y con mucha autoridad para confirmar todo lo bueno que insinúa la selección de Scaloni y Messi.
