Instituto continúa con su preparación de cara al Torneo Clausura de la Liga Profesional y este miércoles retomó los entrenamientos en el predio de La Agustina. Si bien hubo varias ausencias, la más significativa fue la de Silvio Romero, el delantero que regresó en enero del año pasado con la ilusión de cerrar su carrera en el club que lo vio nacer.
Romero, de 36 años, tiene contrato vigente hasta fines de 2025, pero fue notificado por el director técnico Daniel Oldrá que no será tenido en cuenta para el próximo semestre. Desde entonces, el jugador no volvió a aparecer por las prácticas ni ha realizado declaraciones públicas. Tampoco se ha informado oficialmente su desvinculación.
Según confirmaron desde la institución, el atacante solicitó de manera anticipada ausentarse esta semana por motivos personales, ya que se encuentra en Buenos Aires por asuntos familiares.
Sin embargo, deberá presentarse la semana próxima o acordar una rescisión de contrato, como el resto de los futbolistas que no están en los planes del cuerpo técnico.
Entre ellos se encuentran también Damián Batallini, Matías Godoy y Francesco Lo Celso, quienes trabajan de forma diferenciada, mientras resuelven su situación contractual.
En el caso del “Chino”, desde la dirigencia confían en llegar a un acuerdo sin mayores inconvenientes. “Silvio siempre ha tenido gestos con el club y creemos que esta vez no será la excepción”, señalaron desde la comisión directiva.
Romero volvió a Instituto con la expectativa de cerrar el círculo. Tras una exitosa carrera que incluyó pasos por Lanús, el Stade Rennais de Francia, Jaguares y América de México, Independiente y Fortaleza de Brasil, el delantero regresó a Alta Córdoba para aportar su experiencia.
Ahora, debe definir si deja el fútbol o si busca una revancha lejos de Alta Córdoba. Desde su entorno comentaron que la idea en principio es que siga jugando, aunque públicamente no trascendió que tenga propuestas formales.

Una carrera inolvidable
Sus números hablan por sí solos: cerca de 200 goles en más de 600 partidos, títulos en Brasil, una Copa Sudamericana con Lanús en 2013, otra Suruga Bank con Independiente en 2018. Fue el máximo goleador del fútbol argentino en 2014 y en 2020, y de la Copa Sudamericana en 2019.
Sin embargo, su última etapa en Instituto estuvo lejos de lo esperado. A pesar de su jerarquía, no logró afianzarse en el equipo y quedó relegado en la consideración de varios entrenadores que pasaron durante estos meses. Más allá del reconocimiento popular, algo no terminó de cerrar desde lo futbolístico.
Y así, sin estridencias ni despedidas masivas, “el Chino” empieza a decir adiós. Se va por la misma puerta por la que un día entró siendo pibe y alumno del Robles, con la mochila liviana y el corazón lleno de goles. Tal vez no como él quería, ni como lo soñaron los hinchas ni el presidente Juan Manuel Cavagliatto cuando hizo un gran esfuerzo para poder repatriarlo. Pero con la dignidad intacta de los que supieron volver para intentar dar una mano.
Porque no todos los ídolos tienen un final de película. Algunos simplemente bajan la persiana, saludan en silencio y siguen su camino. Y eso también es de grandes.