Nunca nadie puede predecir las decisiones que va a tomar la “caprichosa”, como algunos suelen llamar a la pelota, al fútbol.
En San Martín, una de las ciudades más importantes de Mendoza, había dos hermanos que no se separaban de la pelota. Jamás.
Y que siempre estaban juntos. Que crecieron detrás del mismo sueño.
Ese mismo anhelo que un día los llevó a pisar tierra cordobesa para formarse en las inferiores de Talleres.
Quizá en alguna noche de charla de hermanos imaginaron que algún día saldrían a la cancha con la camiseta de la “T” y aparecerían formados en un 11 titular soñado, inolvidable.
No todo fue así y tampoco fue fácil. Cada uno tuvo que hacer su camino.
Y este fin de semana les abre la oportunidad de transitar un sueño parecido, pero distinto. Que los tendrá en Primera División, sí. Pero en equipos diferentes.
De un lado, con la camiseta de Banfield, el delantero Marcos Arturia, de 27 años, nacido el 8 de febrero de 1998.
Y del otro, su hermano Gastón Arturia, defensor de Unión de Santa Fe, de 25 años, nacido el 29 de octubre de 1999.
Para los dos, 2025 llegó con el enorme salto de llegar, por fin, a ser jugadores de Primera División, de la elite.
Antes hubo que remarla en el ascenso, con puertas que se cerraron y rechazos que hubo que aprender a asimilar.
Pero si algo tienen en común los Arturia es que persistieron, hasta que se diera.
Este lunes 17 de marzo, por la fecha 10 del Torneo Apertura, Unión será local de Banfield, desde las 19 horas.
Y estén o no sobre el verde césped, los Arturia se darán un gran abrazo cuando se crucen ambos planteles.


Talleres, ese punto en común
Los hermanos Arturia (vienen de una familia XL, con seis hermanos, cinco varones) han hecho caminos diferentes, pero Talleres fue un lugar donde ambos depositaron grandes sueños.
Marcos llegó primero, claro está. Y siempre fue marcado como un delantero picante de la cantera albiazul.

“El Laucha”, como lo apodan, la peleó bien desde abajo en este sueño de ser profesional.
Basta un ejemplo: tras volverse de Deportivo Español, jugó el Torneo Federal B siendo un adolescente para San Martín y Montecaseros de su provincia.
En 2016 se le abriría la gran chance de sumarse a las inferiores de Talleres, club que siente su “casa” y al que está eternamente agradecido.
Tras lograr títulos y ser importante en la cantera de la “T”, decidió ganar rodaje primero en Villa Dálmine. Y, en 2021, recaló en Estudiantes de Río Cuarto.


Luego, jugaría en Temperley y en San Martín de San Juan. Destacadas actuaciones le valieron la chance de firmar con Banfield en 2025.
“Es algo hermoso encontrarnos en la máxima categoría. Es algo que soñamos de niños. Gracias al sacrificio lo pudimos lograr. Disfrutamos este proceso y se me vienen los recuerdos de los comienzos y cuando estábamos en la pensión de Talleres. Somos unidos y la otra mitad del otro. Nos enfrentamos en el ascenso, en Estudiantes jugamos juntos, algo que disfrutamos. Tenemos historias parecidas, resilientes, de cabeza dura. Me tocó pasar adversidades de lesiones y siempre le metí para cumplir este sueño. Gastón, igual, siempre salió adelante. Le tocó ir a La Pampa y vivir en una piecita de dos por dos. Somos muy pegados, y mi hermano es mi ídolo. Cada uno defenderá lo suyo, pero será hermoso cruzarnos. Estoy feliz por él”, expresó Marcos ante La Voz.
La historia de su hermano Gastón es similar. El defensor central se inició en San Martín de su provincia y estuvo dos años en la cantera del Matador.
Luego regresó a su provincia donde se sumó a Godoy Cruz y llegó hasta Reserva, pero no se dio.
Pasó por Ferro de General Pico en el Federal A y luego recaló en Estudiantes de Río Cuarto, donde cumplieron el sueño familiar de ser compañeros.
En el León, Gastón se volvió una fija y jugó 107 partidos en Primera Nacional, con tres goles y muy buenas actuaciones.
En enero de 2025 le salió la chance de firmar con Unión por tres años, en Primera.

“La verdad es que juntarnos en Primera es algo muy lindo. Hacía mucho veníamos buscando esto, entonces cada uno está feliz por el momento que le toca atravesar al otro, disfrutando mucho el recorrido, por el esfuerzo y el sacrificio que se tuvo que hacer. Valoramos mucho el camino”, contó Gastón a La Voz.
Y agregó: “Nos tocó enfrentarnos en el ascenso. La relación que tenemos con Marcos es muy buena, somos muy unidos. Es muy lindo y raro a la vez esto de enfrentarnos. Adentro de la cancha cada uno se debe a su trabajo y se pierde la relación (risas)… Pero afuera el corazón tira. Marcos ha sido un resiliente, le ha tocado atravesar momentos muy duros. Siempre estuvo firme en busca de su objetivo. Hubo que cambiar el recorrido, pero nunca el objetivo. Me alegra el momento que está viviendo, que le está tocando jugar”.
“Los dos nos apoyamos, charlamos constantemente. Tenemos una relación hermosa. Será un momento muy lindo volver a encontrarnos dentro de una cancha y seguiremos trabajando para seguir creciendo”, completó el zaguero.

El presente de cada uno en Primera
Marcos Arturia ha disputado siete partidos esta temporada en el Torneo Apertura con Banfield, aunque solo en uno lo ha hecho como titular. Tiene en total 132 minutos jugados en el campeonato.
El delantero se desvinculó de Talleres, que se quedó con un 60% del pase, y firmó en el Taladro hasta diciembre de 2026.
Gastón, en tanto, ha sido citado por el “Kily” González en Unión, pero todavía no pudo realizar su debut oficial. El zaguero llegó como jugador libre al Tatengue y firmó contrato hasta diciembre de 2027.
“Desde que llegaron a Talleres, tanto Marcos como Gastón se vincularon a la empresa con nosotros y empezamos a trabajar juntos. Inmediatamente te das cuenta del nivel de compromiso que tenían para con sus carreras y el nivel de responsabilidad. Con una familia muy presente y una relación muy fuerte entre ellos dos. Uno los ha visto crecer, cada uno en su camino, y desarrollarse con sus herramientas. Que los dos hoy estén en Primera, en equipos que los han buscado para contratar sus servicios, con intenciones de presente y futuro, a uno lo llena de orgullo. Vimos todo el proceso. Ojalá puedan seguir creciendo porque tienen todo para hacerlo. Que hayan llegado a la elite, tras irse tan chicos de Mendoza, es un premio para ellos como futbolistas y como hermanos. Más allá de todo, esto se trata de cumplir sueños. Y que lo hagan en lo más alto del fútbol argentino nos pone felices”, contó a este diario Agustín Grillo, agente de ambos futbolistas y quien vio todo el proceso desde el inicio.
Así de simple: un sueño de hermanos que se volvió realidad.
