A principios del último mercado, Talleres había tomado una decisión sobre Ramón Sosa (24 años). El presidente albiazul Andrés Fassi lo comunicó después de presentar a Walter Ribonetto como relevo definitivo de Javier Gandolfi.
“El entrenador me pidió que salgan la menor cantidad de jugadores posibles. Vamos a tratar de hacer un esfuerzo. Pero define el mercado. Las decisiones que tomemos no serán 100 por 100 de Talleres. Queremos mantener a Sosa que es difícil de reemplazar Es muy buscado. Sí, en los casos de Rodrigo Villagra o Rodrigo Garro”, supo decir el máximo directivo albiazul el 27 de noviembre pasado, rodeado de muchos de los directivos y acompañado por el capitán Guido Herrera.
Al final, Sosa se quedó, volvió a ser importante en el arranque de Talleres en la Copa de Liga Profesional, pero lo más probable es que “se vaya después de la final de Supercopa Internacional que Talleres jugará ante River, el 16 de junio”, en sede a definir, según la proyección de la propia directiva. Su salida depende de varios, uno de ellos fundamental, y que estuvo a punto de cambiar la decisión de conservar al paraguayo (24 años) por este semestre.
Si se daba, el total de ventas que se hizo en este mercado por valor de 21 millones de dólares se hubiera duplicado.
Mercado, valor y los 14 contratos
Es, sin dudas, el indicador más importante y determinante: las reglas del mercado, como lo dijo el propio Fassi. Talleres recibió varias ofertas y todas fueron insuficientes. Desde River hasta de la MLS. Es más, el plazo final de ventas al exterior vencía el 9 de febrero y cuando ya era un hecho la continuidad, el máximo directivo albiazul dijo que podía irse si Los Angeles Galaxy mejoraba la oferta inicial
“Ojalá no se vaya en este mercado de pases... pero sabemos que en junio se va a ir. Es un jugador muy visto en el mercado. Hoy ya estamos buscando opciones para ver cómo reemplazamos a Sosa cuando se vaya. Si pagan lo que pedimos, se puede ir ahora. Tiene que ser un valor extraordinario. Faltan dos días, no podemos esperar más”, se sinceró el presidente.
El pase del jugador debía hacerse en una cifra estimada en 20 millones de dólares. Talleres invirtió en Sosa, una cifra superior a los tres millones de dólares para comprar el 70% de su ficha. Fue el jugador por el que más pagó en su historia.
Primero compró el 50% y, luego, un 20%. El 30 restante quedó en poder de Tembetary de Paraguay. “Cuando compramos la mitad del pase, tuvimos que firmar 14 contratos”, sostuvo el propio Fassi. Gimnasia LP le había comprado el pase a Olimpia, pero no se lo había pagado y, a su vez, el club paraguayo le había quedado debiendo a Tembetary.
Como “el Lobo” estaba inhibido para operar por esta razón, Talleres no podía dar de alta a Sosa. Además, tampoco había cobrado el jugador. ¿Y Gimnasia LP? Solamente conservó una plusvalía del 10 por ciento de la venta que pueda hacer Talleres del 70% por ciento de la ficha.
Cuatro opciones de relevo
El porqué del ultimátum al club de la MLS dos días antes del cierre de la ventana de operaciones al exterior tenía que ver con un tema particular. LAG debía llegar a los 20 millones de dólares, aproximadamente, pero Talleres también necesitaba definir un reemplazante. La directiva había iniciado charlas con cuatro jugadores y en esas 48 horas debía contratar a uno de ellos.
La prioridad fue para Benjamín Domínguez (Gimnasia LP) y Luca Orellano (Vasco), pero no hubo acuerdo por ninguno. Es más, el pibe de Gimnasia resolvió quedarse y renovar contrato con el club platense.
Sosa, su deseo y el tema de evitar otro caso Villagra
Sosa se siente feliz en Talleres. Mucho más que en Gimnasia o en Olimpia de Paraguay. Es el jugador que levanta a la tribuna cada vez que la toma. Y el que quiere seguir pasando más tiempo en el club de barrio Jardín. “Quiero jugar la Libertadores”, dijo en su red de TikTok. “Estoy muy contento acá en el club”, sostuvo el domingo, con las pulsaciones a mil.
El contrato millonario que le esperaba a Sosa en la MLS era jugoso y, lógicamente, es algo que también interesó al jugador. Lo cierto es que, por unos meses, quedará de lado, hasta que se abra un nuevo mercado. Ramón quiere jugar la Libertadores con Talleres y quiere ganar un “título”, como todo el equipo.
Puertas adentro, la directiva no quiere vivir otro caso como el de Rodrigo Villagra o el de Juan Komar quienes forzaron su salida del club.
La selección y la fortificación
Ramón Sosa seguirá siendo una fija en las convocatorias de la selección de Paraguay. Como en Talleres es imprescindible y sobre todo para el objetivo de hacer una gran Copa América (arranca el 20 de junio), las eliminatorias (se reanudan en septiembre) y los partidos de fecha Fifa (marzo). Indudablemente que el valor de Sosa irá creciendo si mantiene el nivel en Talleres (se cotizará más por jugar Libertadores).
Paralelamente, Sosa vive un proceso de fortificación. Debe terminar de ganar masa muscular como lo hizo Rodrigo Garro, Piero Hincapié, Diego Valoyes y Facundo Medina entre otros. Como ocurriera con el colombiano, el delantero paraguayo se ha transformado en uno de los jugadores que más faltas recibe en la Liga.
En la selección, sufrió una lesión en el tobillo derecho, que pudo ser más grave, ya que en menos de un mes volvió a competir.
