Alejandro Casar, periodista especializado en la relación entre el fútbol y el poder del diario La Nación, conversó con La Voz en Vivo, el streaming de La Voz, para analizar las investigaciones judiciales que avanzan sobre Claudio “Chiqui” Tapia, presidente de la AFA. Casar explicó cómo el descontento de los hinchas y las pruebas en la Justicia generaron un “cambio de época” en la gestión de Tapia, cuya figura política, internamente, quedó “resquebrajada”.
–¿Por qué el Gobierno nacional decidió avanzar judicialmente contra Tapia en este momento?
–El Gobierno tomó la decisión de ir a fondo leyendo el sentir popular. Percibieron que el comunicado de apoyo a la gestión Tapia, publicado por los clubes, fue “repudiado de manera casi unánime por los hinchas”. Esto se interpretó como un cambio de época. A diferencia de 2023, cuando los hinchas se oponían a las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) y respaldaban a la AFA, en este conflicto reciente el repudio fue total, obligando a algunos clubes a cerrar comentarios en sus posteos. Incluso se escucharon cánticos contra Chiqui Tapia en canchas del interior.
–¿Cuál es la magnitud de la investigación financiera que involucra al entorno de Tapia?
–Las investigaciones confluyeron con pruebas existentes. El dictamen de Arca menciona un movimiento de 818.000 millones de pesos por parte de la financiera y todo el grupo investigado. Esta estructura, aparentemente plagada de irregularidades, es clave para entender el apoyo o la “imposibilidad de diferenciarse” de Tapia por parte de muchos clubes, ya que hubo asistencias financieras para varias instituciones, incluido un notable apoyo a San Lorenzo.
–¿Cree que el avance de la causa involucrará a más clubes?
–No tengo dudas de que los dirigentes están preocupados y que, si esto avanza, muchos clubes importantes podrían terminar involucrados. Los dirigentes saben que la financiera trabajó con varios clubes y no les gustará si se descubre un papel que los comprometa. Hoy, “Sur Finanzas es mala palabra” en el mundo del fútbol, por lo que muchos buscan deslindar responsabilidades y alejarse del caso cuanto antes.
–¿Cómo se manifiesta la doble vara de la AFA en sus decisiones recientes?
–Existe claramente una doble vara en la AFA. Por ejemplo, a Estudiantes de La Plata se lo sancionó por el famoso “espaldazo” (considerado falta de respeto). Sin embargo, el vicepresidente de la AFA, Pablo Tobisino, amenazó públicamente al presidente de Estudiantes, Juan Sebastián Verón, a través de Twitter, y a Tobisino no le hicieron absolutamente nada. Tapia suele jactarse de que hace lo que los clubes le piden, como cuando no hubo descensos hace un año.
–A pesar de los problemas internos, Tapia mantiene una fuerte imagen internacional. ¿A qué se debe este blindaje?
–Nada de su actual estatus internacional sería posible sin ser el presidente de la asociación campeona del mundo. Su imagen en Conmebol y FIFA cambió rotundamente a partir de la victoria en Qatar, obligándolo a sentarse en círculos de poder diferentes. Además, Tapia goza de una fuerte cercanía con referentes de la selección argentina, como Messi, Di María y Otamendi. Estos jugadores recuerdan que, en el difícil período 2015-2016, cuando la AFA no tenía fondos y estaba embargada por el FIFA Gate, Tapia fue el único dirigente que los acompañó.
–Usted escribió que “la bala entró” en la AFA. ¿Cuál es la consecuencia inmediata de estas investigaciones?
–El efecto se ve de inmediato en los arbitrajes. En los playoffs están siendo coherentes y como deben ser. Esto provocó que equipos señalados como “del poder”, como Central Córdoba y Barracas Central, terminen perdiendo. Quienes dirigen los arbitrajes entendieron que ya no había plafón para seguir haciendo lo que venían haciendo en determinados partidos, a diferencia de situaciones previas polémicas.
–¿Cree que Pablo Toviggino podría ser un fusible de recambio si el escándalo avanza?
–Pablo Toviggino es la mano derecha de Tapia y tesorero, además de aglutinar al fútbol del interior. No imagino una división de ese matrimonio que gestiona el fútbol argentino. Los asuntos de Sur Finanzas parecen estar más relacionados con gente cercana al propio Tapia que con la figura de Tobisino, quien hasta ahora no se pronunció sobre la causa.
–¿Podrá Juan Sebastián Verón sostener su postura crítica contra la AFA o se verá obligado a pedir disculpas como Andrés Fassi en su momento?
–La situación de Verón en Estudiantes de La Plata es comparable a lo que vivió Andrés Fassi en Talleres. Fassi fue forzado a pedir disculpas por sus críticas a Tapia cuando la pelotita no entraba y Talleres coqueteaba con el descenso. Tapia, junto con otros dirigentes, le pidió explícitamente a Fassi que convocara una conferencia de prensa para disculparse. Si a Estudiantes le sucede lo mismo —si el equipo se cae y enfrenta problemas de descenso—, habrá que ver si los propios hinchas le piden a Verón que deponga las armas y haga lo de Fassi.
–Además de la financiera, ¿qué otras revelaciones políticas o económicas se conocieron sobre Tapia?
–La investigación también se amplió al patrimonio personal de Tapia. Se reveló que sus ingresos anuales suman 800 millones de pesos entre sus dos salarios: el que percibe por ser director en Seamse (un organismo de residuos que maneja dinero público) y el sueldo que cobra de la Conmebol (60 millones de pesos por una asesoría/gestión). Además, Tapia realizó una jugada política clave al mudar la sede oficial de la AFA a la provincia de Buenos Aires, blindado con el gobierno de Kicillof. Esto se hizo para evitar que el Gobierno interviniera o investigara los libros y cuentas de la AFA, posibilidad que existía si la sede se mantenía en la Ciudad de Buenos Aires.
