Talleres lo hizo, al fin. Ganó un partido tremendo en el Amalfitani de Liniers frente a Vélez, 1 a 0, a puro “huevo”, entrega y corazón, como se debe jugar un partido por la permanencia.
Y en el primero de los tres encuentros del cierre del torneo, metió un triunfazo que le abrió las puertas a la permanencia y que, paradójicamente, lo pone también cerca del pase a los octavos de final.
Era un duelo que pocos creían que la “T” pudiera ganar, pero, gracias a una sólida tarea defensiva, a un planteo inteligente de su entrenador y a un compromiso grupal encomiable, logró lo que fue a buscar: tres puntos invalorables, de esos que se disfrutan y saborean.
Salió a jugar el partido con la presión del triunfo previo de Aldosivi, que lo metía en zona de descenso y lo obligaba a ganar o, al menos, empatar sí o sí un partido que, en la previa, pintaba como complicadísimo.
Tevez eligió un equipo con pretensiones de transiciones rápidas, con la inclusión del colombiano Angulo para sumarle, junto a Rick, aún más velocidad en la llegada al arco contrario. La “T” lució mejor y con más protagonismo en el primer tramo del partido, con Ortegoza enchufado en las intercepciones, buscando al extremo brasileño, quien tuvo la más clara a los 16 minutos: una jugada individual que lo puso de frente a Marchiori, pero su remate cruzado se fue apenas afuera.
Una temprana amarilla para Portilla, a los 6 minutos, lo condicionó y no fue una buena noticia para el Matador, ya que al volante central colombiano le tocaba lidiar en el medio y fajarse con Bouzat y “rapiditos” como Carrizo y Baeza. Sin embargo, el buen funcionamiento del bloque defensivo albiazul, con cuatro volantes predispuestos al sacrificio, ayudó a disimular el contratiempo.
A los 31 minutos fue Angulo quien lo tuvo: a pura velocidad trepó por izquierda, puso quinta y quedó de frente a Marchiori, pero definió mal. Y ahí nomás, a los 33, fue Rick, otra vez, quien se lo perdió. Talleres estaba más cerca, superaba a Vélez y lo controlaba. El planteo del “Apache” era el adecuado y merecía ponerse en ventaja, pero fallaba en la puntada final.
Vélez llegó por primera vez al arco de Herrera a los 43 minutos, una prueba clara de una superioridad que estuvo otra vez a punto de plasmarse en el marcador.
Golpeó primero y a tiempo
Talleres salió en el complemento tan decidido como en el primer tiempo y tuvo rápido premio a su insistencia. A los 4 minutos armó una gran jugada asociada que partió de Ortegoza y se prolongó en el medio con Portilla, quien metió un pase magistral a Cáceres, que llegó de sorpresa al área velezana y definió muy bien, abajo. Primer gol para el mediocentro que llegó de Racing y que ponía a la “T” no solo a salvo del descenso, sino también en zona de clasificación a los octavos. Un gol con valor agregado por donde se lo mirara.
En desventaja, Barros Schelotto metió mano en el banco y dispuso los ingresos de Valdez y Silvero para romper la inercia y buscar el empate. Pero Talleres se atavió para la resistencia, a partir de los cambios a tiempo y acertados que hizo Tevez para aguantar el partido y el resultado. Entraron Navarro, Mosqueira y Gómez con ese fin.
Después, Vélez arrinconó a la “T” con centros, pelotazos y presión pura, pero el equipo cordobés selló un pacto de compromiso y solidaridad grupal, con la irrupción de Guido Herrera como figura central.
El arquero tapó todo y más en el último tramo del juego: se cargó el equipo al hombro, hizo tiempo, fue amonestado y jugó al límite de la expulsión. Todo para asegurar un resultado que Talleres necesitaba como el agua en el desierto para quedar cada vez más cerca de quedarse en Primera.






















