Talleres consiguió en la noche del domingo un 1-1 en Rosario contra Central con sabor a triunfo. No sólo por el rival y el escenario siempre complicado que significa el Gigante de Arroyito, si no también porque el empate le permitió sacarles dos puntos de diferencia a San Martín de San Juan y Aldosivi en la tabla anual y romper, por fin, una racha que parecía interminable de 600 minutos sin marcar en el arco rival y seis partido sin ganar.
Mucho, si se tiene en cuenta cómo venía. Pero a la vez fue justo y meritorio, porque venía mejorando en su juego y necesitaba como el agua que ese mejor rendimiento se plasmara en un resultado. Que si bien no fue un triunfo, lo festejó como si lo fuera, porque terminó jugando con 10 por otra innecesaria expulsión de Miguel Navarro. Si un partido no se puede ganar, es bueno no perderlo. Y parece que la “T” lo entendió.
En un juego caliente, jugado de pecho por parte de Central y con inteligencia por la visita, en el primer tiempo la “T” logró frenar los embates desordenados pero insistentes del local, bien acomodado atrás y con Guido Herrera respondiendo bien en tres ocasiones. Hasta que a los 43m, y después que se dejara meter en el clima de nervios que con oficio y picardía creaba Di María tirándose al suelo por cualquier nimiedad, la zaga albiazul tomo mal las marcas de Véliz tras el enésimo centro de “Fideo” desde la derecha, y el Canalla se puso en ventaja. Talleres perdió la concentración una vez y lo terminó pagando caro.
Pero en el ST, Talleres salió decidido a buscar el empate. Tevez arriesgó: metió un delantero más -sacó a Guth por Rick- y rápidamente, tras una gran jugada entre Botta y Schott, Depietri, el mejor delantero albiazul, tras un centro , logró igualar de cabeza a los 3 minuto y terminar con una racha maldita sin convertir. Después vino el gol en contra de Catalán que Lobo Medina anuló bien por un fuera de juego, que dejó en partido a la “T” y el susto del penal para Central que posteriormente el árbitro no convalidó por una falta fuera del área. Pero siempre con la “T” buscando ganar.
Pero, claro, Talleres nació para sufrir. Con el control del partido, a los 26m Miguel Navarro fue expulsado por doble amonestación y la “T” quedó con 10, pero Carlos Tevez acomodó bien el equipo con los cambios -Cáceres por Botta y Báez por Botta- para aguantar el partido y asegurar un empate que terminó valiendo oro y le dio a la “T” aire en su titánica lucha para evitar el descenso. Y más aún: con el mérito de que aún con un jugador menos, y después de los ¡11 minutos! que dio Lobo Medina, nunca dejó de buscar el triunfo.