Talleres comenzará el próximo 13 de abril un nuevo camino por la Primera B de AFA, luego del frustrado ascenso el año pasado ante Newell’s en la Boutique. Las Matadoras siguen siendo las principales candidatas al título y con plantel renovado quieren ir por aquel sueño que quedó trunco en diciembre de 2023.
El equipo iniciará su recorrido ante Sarmiento, un rival que supo complicarlas, pero al que terminaron goleando en un partido clave cuando buscaban quedar bien ubicadas de cara al Reducido. Talleres perdió nombres, pero también trajo varias apuestas, con el objetivo de mejorar la competencia interna.
El año pasado hubo dos jugadoras que llegaron y causaron impacto inmediato. Se sumaron a mitad de año y rápidamente fueron clave para que las Matadoras levantaran en la Fase Ascenso y finalizaran en segundo lugar, detrás de San Luis FC.
Se trata de la arquera Lucila Rivalora y de la delantera uruguaya Sofía Oxandabarat, quienes pasaron por el pódcast Mundo Albiazul y hablaron de todo, de lo que se viene, de lo que pasó y de sus historias personales.
Rivarola, que llegó desde Excursionistas, recordó aquella final perdida ante Newell’s y cómo ahora ya todo eso quedó atrás.
“Nos quedamos con la tranquilidad de saber que durante todo el año pasado trabajamos al cien por ciento para intentar conseguir el ascenso. Creo que éramos las grandes candidatas, pero es verdad que al frente hay un equipo que busca lo mismo y tiene la misma hambre. Lamentablemente no se dio. Dejamos todo, hasta la última gota de sudor”, sostuvo.
Oxandabarat, a quien le tocó fallar una chance clara en el inicio de aquel partido, también reflexionó sobre ese duro momento. “Fueron duros esos días posteriores. Éramos las favoritas, habíamos hecho un tremendo trabajo, a pesar de que habíamos arrancado mal el torneo. Fuimos fuertes para revertir eso, llegamos a la final y que sea en casa hizo que fuera más duro. Nos fuimos tranquilas porque lo dimos todo. Los dos equipos buscábamos lo mismo. Ahora estamos acá de nuevo para pelear por ese sueño”, sostuvo.
Dar el paso
Tanto a “Lula” como a Sofía les tocó tomar una decisión fuerte para sumarse a Talleres. La arquera era suplente en “Excursio” y sentía que era hora de sumar minutos. Además, estuvo ocho años viviendo en Córdoba anteriormente y elegir este camino no le fue difícil.
“Yo en Excursionistas competía contra la arquera de la selección de Ecuador. Sabía que no iba a jugar, pero no me relajaba, porque, sino estar oportunidades no me iban a llegar. Yo tenía mi vida en Buenos Aires, pero cuando me llamaron no lo dudé. Tuve el apoyo de mi familia, levantamos campamento y volvimos”, confesó.
“Personalmente, lo tomo como un logro. Estaba en un momento de mi carrera donde quería dar un salto, ser titular y lograr eso que buscaba y, creo, merecía. Haber venido acá es haber aprovechado esa oportunidad. Podría haber llegado y no haber jugado, pero yo sabía en el club en el que estaba”, agregó Rivarola.
Por su parte, la atacante no tenía intenciones de mudarse, pero un conjunto de cosas la llevaron a animarse y a llegar a un club con fuertes aspiraciones.
“A mí se me hizo bastante difícil tomar la decisión. Yo estaba bien en Uruguay, me habían llegado otras ofertas y sinceramente no tenía ganas de irme. Cuando llamó Talleres, me animé, ya me había contactado a principios de año, pero yo no quería salir. Más adelante hablamos, me había quedado sin equipo y quise vivir la experiencia”, recordó.
“Conocía a Talleres por el masculino, pero cuando llegué al predio, vi que era una locura, por todas las cosas que nos dan, las canchas. En Uruguay nadie tiene un predio así, ni siquiera Nacional o Peñarol. Fue un cambio grande para mí, porque al principio extrañaba mucho y se notaba en la cancha. No podía demostrar por qué me habían ido a buscar. Venía de ser la mejor jugadora de Uruguay y no podía hacer goles. Por suerte, me encontré con un gran grupo, las cosas empezaron a mejorar y hoy lo disfruto bastante”, añadió Sofía.
Vivir el Mundo Talleres
El fútbol femenino en Talleres está en continuo crecimiento y la apuesta de 2023 era poder llegar a primera división. El club renovó los esfuerzos, trajo jugadoras y les brinda a quienes están condiciones inmejorables para desarrollarse. También firmó varios vínculos para que las integrantes del plantel pudieran concentrarse en entrenar y jugar.
Para las dos, llegar a Talleres fue un paso muy importante, donde se encontraron una realidad que no abunda en el universo de disciplina, en el país y alrededores.
“Yo sabía a dónde venía, y Sofi también. Veníamos a un equipo gigante, sabíamos lo que era Talleres en el femenino. No nos tomó desprevenidas y eso nos hizo prepararnos”, sostuvo Rivarola.
“Yo llego al predio y siento que estoy en Disney. El primer día que entré, no lo podía creer. ‘Se me dio’, me dije. Es la motivación diaria de estar donde quiero y merezco estar”, agregó.
Oxandabarat, que llegaba desde otro país, habiendo jugado en Defensor Sporting y Montevideo Wanderers, entrar al CARD fue todo un choque.
“Conocía a Talleres por el masculino, pero cuando llegué al predio vi que era una locura, por todas las cosas que nos dan, las canchas. En Uruguay nadie tiene un predio así, ni siquiera Nacional o Peñarol”, dijo.
Además, destacó que en su paso por la Primera B se encontraron con realidades muy diferentes en los clubes que visitaron. “Te encontrás con todo. Hay lugares donde hay agua caliente y te podés bañar, y otros donde no tenés, el vestuario es muy chico y tenés que hacer malabares para poder cambiarte. Las gurisas no tienen nada, pero por jugar al fútbol se conforman con lo mínimo, por eso el fútbol femenino va a seguir existiendo, por esas chicas que lo hacen por puro amor”, contó.
Y Rivarola agregó al respecto: “Nosotras tenemos la suerte o el privilegio de poder cobrar nuestra plata, pero si vamos a las profundidades de Buenos Aires, a los equipos con los que nos enfrentamos, las chicas no tienen nada. Hemos visto cosas que no podíamos creer. Te juro que da ganas de abrazarlas y agradecerles por lo que hacen”.
“Salvo una sola vez, en todos los clubes nos han tratado bien, nos dieron hasta lo que no tienen. Nos recibieron de la mejor manera, al igual que cuando vienen, se las trata como si fueran jugadoras del club”, añadió.
Pensando en lo que viene, tanto Lucila como Sofía están ilusionadas con el Talleres que se podrá ver desde el 13 de abril. “Vamos a ir por el ascenso, es el sueño y la espina que nos quedó del año pasado. Las chicas que llegaron suman mucho, desde lo humano y lo futbolístico, si bien todavía nos estamos conociendo en esta pretemporada, que se hizo larga. Nos tocó una linda zona, sabemos que tenemos que salir a ganar todos los partidos, pero estamos confiadas por el trabajo que venimos haciendo. Ojalá este año se nos pueda dar”, cerró la delantera uruguaya.
