No está Messi. No vino para esta doble fecha de eliminatorias. Y el presidente de AFA se queja en los medios porque hubo “fake news” sobre los precios de las entradas, que iban a estar muy altos. Unos 500 mil pesos para las más caras.
Lo cierto es que sin Messi, y con precios que no fueron tan distintos a esos que se lanzaron con antelación, ayer la gente agotó lo mismo las entradas para ver a la selección argentina de Lionel Messi. Para ver a este equipo que le regala alegrías.
Porque sobre todo el hincha se enamoró de un grupo de jugadores, de un conjunto. Aunque falten algunos nombres rutilantes, importantes. No interesa.
Ir a ver a la selección ya es todo un plan que vale la pena, porque este equipo “nunca te deja tirado” como supo decir el propio capitán. Ayer, desde temprano, Buenos Aires se fue inundando de hinchas de distintos puntos del país. Córdoba, Río Negro, Mendoza, Tucumán, Corrientes. También extranjeros que no se querían perder la magnitud de un Argentina-Brasil, partido épico si los hay. Ya desde las 16 el público se empezó a juntar en las inmediaciones del Monumental con un ritual que tenía más onda a recital que a partido de fútbol. No hay nervios en la previa de un partido de la selección de Scaloni. Es la previa de un disfrute, de algo que será placentero.
Todo lo contrario que siente cualquier hincha común antes de ir a ver su equipo. Para completar este combo, cuando ya la gente estaba ingresando al Monumental llegó la noticia de que la clasificación al Mundial 2026 era un hecho, estaba consumada. Bolivia no había podido ganarle a Uruguay, entonces este grupo ya tenía abrochado el pasaje a la Copa del Mundo en Estados Unidos, México y Canadá.
Lo que se palpó ya dentro del estadio fue ese frenesí que genera la “Scaloneta”, que es algo muy difícil de conseguir por un equipo.
Lo grupal logró establecerse por sobre las individualidades, en un logró que se le puede adjudicar al líder Scaloni y a su cuerpo técnico lleno de gente que entiende que hay roles y lugares.
¿O alguien lo escuchó en el último tiempo dar alguna nota a Pablo Aimar? Y el cordobés es un tipo clave en esta selección. Ese perfil “equipista” volvieron a la selección argentina en un equipo con todas las letras. Que es capaz de renovar a sus figuras sin que se resienta la estructura. Y que casi sin despeinarse logró meterse en otro Mundial, cuando faltan cuatro fechas de eliminatorias.
Han vuelto normal lo anormal: ganar, ganar y ganar. Como anoche, que fue con baile. Sólo queda disfrutar a este equipo el tiempo que el fútbol le permita sostenerse. Porque ya es y será inolvidable.