23 de julio 1974. Ciudad de Córdoba. Hospital Español. Mamá Beatriz. Papá Raúl. Y ahí ellos. A punto de ver la luz, de nacer, de llegar a este mundo. “Salió” primero Nicolás. “Salió” después Walter. Gemelos. Gemelazos. Sanitos. De apellido. Y futboleros desde el primer llanto. “Ja, ja, éramos futboleros por cuestiones de ADN, ja, ja”, dicen entre risas ante La Voz en la casa de uno de ellos en Villa Allende. Lo que están por hacer es contar su historia, que no es una historia más.
Es la historia de gemelos que no son del mismo equipo. Uno es de Belgrano y el otro es de Talleres. Así, sin más. Así porque sí. Por cosas de la vida. Por cosas del fútbol. “Fuimos el típico caso de gemelos criados con cariño de la misma manera, pero que la vida nos llevó para un amor diferente, ja. Yo agarré por el lado de Talleres, soy socio y voy a todos lados”, relata “Nico”, el de barba, el que es de Talleres.
“Yo soy hincha de Belgrano con toda mi alma y creo que fue porque me gustaron los colores, por lo que significa Belgrano”, relata Walter a La Voz mientras posa para las fotos de Javier Ferreyra, reportero gráfico del diario, y el video de Francisco Bolletta, quien registra el contenido para las redes sociales.
“No hay una razón para que yo sea de Belgrano y él de Talleres. Mi viejo era entrerriano y era de Independiente. Mi mamá no tenía equipo. Sí íbamos a la cancha con mi papá, que nos llevaba a ver a todos los equipos cuando éramos pequeños. Y creo que así se dio…. A uno le pegó más Belgrano y al otro le pegó más Talleres”, cuentan al mismo tiempo, pidiéndose permiso para ir armando ese relato que no tiene precisiones sobre ese “cómo”.
“Sí recordamos que nos juntábamos todos a hacer la previa con los amigos, que colgábamos las banderas de Belgrano y Talleres y que charlábamos todos juntos del partido y que nos íbamos para la chancha juntos y que después cada uno se iba con su hinchada. Hoy es algo imposible eso…”, añoran.
Walter es socio de Belgrano. Nico, de Talleres. Son hinchas de los que van siempre a la cancha. Son fana-fana. “Pero nunca nos charlamos feo con los resultados del partido”, asegura “Nico”. Y Walter cuenta que cuando eran chicos solían acompañarse a la cancha. “A veces, para no ir solo, yo lo acompañaba a él y él a mí a ver a Belgrano. Hoy ya no lo hacemos, ja”.
Walter tiene el pelo más largo y no luce barba. Nico tiene otro look. Pero cuando van a la cancha suelen usar pilusos de los equipos. “Y nos confunden a veces, ja, ja”, recuerda Nico. “El otro día que andaba con todo de Talleres un vecino me preguntó qué hacía con eso si ‘yo era de Belgrano’, ja, ja. Me habían confundido con él, ja, ja. Nos pasó muchas veces”.
Cuentan que los cumpleaños eran un lindo “drama” para la familia. “Mi vieja hacía dos tortas, ja, ja. Una celeste y la otra azul y blanco, ja, ja. Los que llegaban a saludarnos no entendían nada, ja, ja”, describen. Y amplían sobre esa rareza: “Es más, quienes entraban a la pieza veían algo loco. Teníamos la pieza de dos colores. De un lado, celeste; del otro, azul y blanco. Nuestros amigos tampoco lo podían creer”, cuentan ante el micrófono de La Voz para una storie de Instagram.
“Esto de ser de cada equipo es gracias a nuestros padres que nos bancaron, que no nos presionaron. Nosotros no nos tiramos mala onda ni nos bardeamos. Sí nos chicaneamos un poco en un grupo de WhatsApp que tenemos pero nunca nos escribimos mensajes directos”, advierten mientras se comparten unos mates.
Este domingo, Walter estará en el Gigante de Alberdi, donde la “B” recibirá a la “T”. Nicolás verá todo por TV. “Ojalá se pueda volver a los clásicos con dos hinchadas, con gente yendo al mismo tiempo y disfrutando de un partido tan lindo como el que tenemos en Córdoba”, piden y anhelan al tiempo que lucen las remeras que República de Alberdi, la tienda de Belgrano; y la Tienda de Talleres, les mandaron como obsequio.
Walter y Nicolás tienen dos hermanas: Viviana y Marcela. Walter está casado con Adriana y es papá de Martina, Paula y Franco… y ahí sí hay gente de Talleres. Por su parte, Nicolás es papá de Lucía, Julieta y Santino y está casado con Carolina. Ahí son todos de Talleres.
Nicolás contó que su hermana Viviana, en uno de sus últimos días, le dijo que lo “iba a acompañar” en la final de la Supercopa Internacional de Talleres ante River. “Y sentí que ella estuvo conmigo en Paraguay”, se emocionó “Nico”. También Walter, que admitió ponerse feliz por su hermano con ese logró del club de barrio Jardín.
Para Walter, Belgrano gana el clásico 2-0 con goles de Lucas Zelarayán y Franco Jara. Para Nicolás, se impone Talleres 3-1. “Que haga los goles cualquiera, ¡pordió!”, pide ante la cara de “déjate de joder” de Walter. Terminan a los abrazos para las fotos y videos de La Voz.
Uno de ellos sí hace un pedido especial: “Poné esto para cerrar la nota… pero ponelo así, eh. ‘A los cuatro meses le confirmaron a mi mamá un embarazo gemelar… y a los siete meses, con una eco, le confirmaron que iba a tener a un Pirata y a un Matador”.
Cosas de la vida. Cosas del fútbol. Cosas de Belgrano y Talleres. Cosas de Córdoba.