La Fórmula 1 vivió un fin de semana muy especial en Imola, en donde se corrió el Gran Premio de Emilia Romagna, sexta fecha de la temporada. Max Verstappen y Red Bull se quedaron con el triunfo, pero el momento más emotivo se vivió con el homenaje encabezado por Sebastian Vettel a la memoria de Ayrton Senna.
Recientemente se cumplieron los 30 años del fallecimiento del astro brasileño, tres veces campeón del mundo de F1, que murió el 1 de mayo de 1994 cuando perdió la vida en un accidente, a bordo de un Williams, en Imola.
Vettel y la Fundación Ayrton Senna llevaron adelante el homenaje, que contó con la participación de todos los pilotos de la parrilla actual de la Máxima.
Pero el alemán, que tiene a Senna como su ídolo, fue más allá. Condujo el McLaren MP4/8 que manejó Senna en la temporada 1993. El coche cuenta con un motor Ford V8, que emitió un ruido que enloqueció a los fanáticos. Vettel lo aceleró de lo lindo y causó sensación en el público que explotó en una ovación y aplausos al paso del McLaren, que llevaba el nombre de Senna.
Aquel fatídico fin de semana de la muerte de Senna también se produjo el fallecimiento del austríaco Ronald Ratzenberger en ese circuito. Por eso, Vettel utilizó un casco que tenía el hemisferio derecho con los colores de la bandera austríaca, al medio los colores de Alemania y en el hemisferio izquierdo los colores del casco de Senna.
Cuando Vettel se bajó del auto, se lo vio visiblemente emocionado y le hizo reverencias al McLaren de Senna.
Así giró y así sono el McLaren de Senna de la mano de Vettel
