A menos de un año para su debut en la Fórmula 1 en 2026, Cadillac se enfrenta a una monumental carrera contra el tiempo. La marca de lujo de General Motors no solo debe diseñar, construir y probar un monoplaza desde cero, sino también edificar toda una organización, inspirándose en la eficiencia y la estructura de un proyecto tan ambicioso como la llegada del hombre a la Luna.
La confirmación de su entrada a la parrilla de Fórmula 1 para 2026 llegó tras un arduo proceso de 767 días, pero la aprobación final les dejó poco más de 11 meses para materializar su sueño, después de un rechazo inicial. El cronómetro ya corre para Cadillac, que tiene menos de un año para estar listos para el Gran Premio de Australia 2026.
Una operación global
El desafío logístico es inmenso porque Cadillac parte desde cero. La visión es establecer una base principal en Estados Unidos, en un extenso complejo en Fishers, Indianápolis, que será la sede a largo plazo y eventualmente el sitio de manufactura. Construir este edificio, instalar la maquinaria, contratar y capacitar al personal en Estados Unidos es una tarea que lleva mucho tiempo.
Mientras tanto, la “parte práctica” de la operación se está gestando en una serie de almacenes frente al circuito de Silverstone, Reino Unido. Estas instalaciones en territorio inglés, que actualmente ocupan seis edificios y se reducirán a cuatro (tres principales: Centro Técnico, Centro de Producción y Centro Logístico del Reino Unido, más un pequeño taller de mecanizado), serán un centro operativo clave. Ya se emitieron unas seis mil planillas de diseño y fabricado más de 10 mil componentes. Graeme Lowdon, exjefe del equipo Marussia de F1 y ahora jefe de equipo de Cadillac, destacó a Motorsport.com el volumen de trabajo con relación a la llegada de nuevos equipos y el ritmo acelerado de la operación.

La infraestructura de TI (Tecnologías de Información) también se construyó desde cero, con 425 laptops entregadas y seis mil órdenes de compra emitidas solo en este departamento. Además, están almacenando cinco petabytes de datos de CFD (Dinámica de Fluidos Computacional, en español, que son los desarrollos para simulación), lo que requirió la creación de toda la infraestructura y la contratación del personal especializado.
La posibilidad de que General Motors, desde Michigan y Charlotte, suministre su propia unidad de potencia (par 2028 o 2029), añade otra capa de complejidad a la coordinación.
El plan de contrataciones de Cadillac
El elemento más importante al construir un equipo es, sin duda, su personal. Cadillac inició con apenas tres personas y debe crecer, al menos, a 600, que es el número mínino de personas que se necesita para estar en esa primera carrera. Actualmente, están a dos tercios de ese número. Al llevar 109 días en el proceso, ya han incorporado alrededor del 67% del personal necesario, con unos 250 días restantes para el debut.
El plan de contrataciones tiene un doble enfoque geográfico, ya que el flamante equipo, que será el número 11 en la parrilla a partir de 2026 (año en el que se dará inicio al nuevo reglamento técnico de la F1), tiene dos sedes en las que deberá realizar un trabajo transversal y sumamente coordinado.
En Reino Unido está la instalación de Silverstone, que se mantendrá por al menos 10 años. Eso le permitirá atraer personal experimentado de F1 que ya se desarrolló profesionalmente en lo que se denomina “Motorsport Valley” británico, un lugar muy tradicional.
En Estados Unidos, Cadillac planea contratar personal estadounidense, y algunos podrían viajar a Silverstone para ser capacitados en áreas específicas. Graeme Lowdon, exjefe del equipo Marussia en Fórmula 1 (corrió entre 2012 y 2015), está convencido de que hay mucha ingeniería avanzada de alta calidad en territorio estadounidense, comparándola con el nivel necesario para “literalmente poner a un hombre en la Luna”. Cree que esta capacidad para atraer y conseguir talento norteamericano representa una ventaja competitiva para el equipo.
En cuanto a la alineación de pilotos, no hay nada oficial, pero suenan fuerte los nombres del finés Valtteri Bottas y del mejicano Sergio Pérez. Se busca a pilotos con mucha experiencia que ayuden a desarrollar el proceso. Hubo contactos con Daniel Ricciardo, pero el australiano dio por cerrada su etapa como piloto de F1.
La inspiración de la NASA
Para coordinar tantas partes por las operaciones en Estados Unidos y en Reino Unido, más la futura unidad de potencia de General Motors en Michigan y Charlotte, Cadillac está implementando una estructura de gestión altamente inusual para la F1, inspirada en las misiones Apolo que desarrolló la NASA entre las décadas del ‘60 y del ‘70.
En lugar de la típica estructura militar de “comando y control” en pirámide, donde las órdenes se emiten desde la cima, Cadillac opta por una estructura plana. Lowdon explicó que, si bien “no estamos poniendo a un hombre en la Luna, a veces se siente así”.

Esta estructura, gracias a los avances de la comunicación, facilita una enorme interacción entre pares: ingenieros en Silverstone pueden hablar directamente con ingenieros en Charlotte, en Warren (Michigan) o en Fishers (Indiana), sin tener que escalar y descender una jerarquía en múltiples ubicaciones y países. Es un modelo de “control de misión” en lugar de “comando y control”, diseñado para gestionar las fechas límite inamovibles y la necesidad de colaboración constante.
Con el respaldo de General Motors, que aporta escala, y de TWG, un gigante de franquicias deportivas estadounidense, Cadillac cree que ofrece una estructura en la que se brinda mucha responsabilidad, permitiendo que cada miembro del equipo pueda decir “yo hice eso” cuando el coche esté sobre la pista por primera vez. Si Lowdon tiene razón y Cadillac puede replicar la eficiencia de la NASA, entonces no hay razón para que no apunten a la Luna en la Fórmula 1.
Los multiversos de los equipos de F1
Cadillac no es el único equipo que tendrá diversas sedes en la Fórmula 1. Al ser un equipo de Estados Unidos, quiere tener buena parte de sus operaciones en su propia tierra. Pero también sabe que necesita tener parte de su estructura en Europa.
Inglaterra es el país más elegido por las escuderías de La Máxima. Es que, además de una cuestión de tradición histórica, ofrece varias bondades: personal con conocimiento y experiencia técnica, ventajas desde lo logístico por la conectividad aérea y por tierra, proveedores especializados en piezas y servicios para estructuras del deporte motor.
Alpine (Enstone), Aston Martin (Silverstone), McLaren (Woking), Mercedes (Brackley), Red Bull (Milton Keynes) y Williams (Grove) tienen toda su base de operaciones en Reino Unido, mientras que Ferrari (Maranello) y Racing Bulls (Faenza) la tienen en Italia.
El resto tiene alguna pata puesta en Inglaterra, pero debe dividir toda su estructura en diversas sedes. Haas es un equipo estadounidense que tiene su sede principal en Kannapolis, Carolina del Norte, pero que también tiene una base en Banbury (Reino Unido), donde tiene toda la parte logística del equipo y su desarrollo tecnológico y de datos. Además, tiene una oficina en Maranello, ya que utiliza impulsores Ferrari.
En tanto, Sauber, que en 2026 pasará a ser Audi, tiene su base original en Hinwill (Suiza) y sumó una en Neuburg an der Donau (Alemania), donde está desarrollando sus motores.
Cadillac hará algo similar a Haas, con sedes en Estados Unidos (Fishers y Charlotte) y en Reino Unido (Silverstone). Y utilizará motores Ferrari, hasta que termine de desarrollar los suyos General Motors.

Cadillac busca ganar terreno en las principales categorías del automovilismo internacional. Tiene a sus equipos oficiales en el WEC y en IMSA. Ahora sumará en Fórmula 1 para posicionar su marca a escala mundial. Sus principales mercados hoy son Estados Unidos, Canadá y China. Ahora, busca ganar terreno en Europa y en Asia.