Ante un marco que superaba las120 mil personas, con muchas expectativas locales por la presencia de los ibéricos Carlos Sainz y Fernando Alonso, el circuito de Montmeló se vio colmado y el solo hecho de pensar lo duro que será volver a la ciudad condal no deja de afligirnos e inquietarnos.
En un día diáfano, con cielo azul y cargado de temperatura agradable también compitió (pero envuelto en mucha incertidumbre deportiva) el argentino Franco Colapinto.
Los problemas de ayer y el viernes, más la rotura de la transmisión dejaron su huella y en carrera las cosas siguieron siendo parecidas y bastante irregulares.
Faltó ritmo, hubo vueltas donde perdía hasta 3” con los Mc Laren que nuevamente mandaron a discreción. A veces, establecía registros similares a los de mitad de pelotón pero siempre ocupó la posición final y llegó décimo quinto porque Ocon ya no tenía gomas y lo pudo superar en tanto que Bearman era víctima de una dispuesta penalización.
Pierre Gasly, compañero de equipo Alpine, dotado de una interesante experiencia, finalizó octavo y se llevó cuatro puntos para el team oriundo del mismo país que el equipo que ayer por goleada le arrebató la Champions al Inter.
El orgullo del primer piloto galo era evidente hasta lució todo el domingo la casaca del PSG como tributo a semejante logro.
Una vez más, como casi todo el fin de semana, en el sector del corralito Franco enfrentó a los hombres e prensa con cara de cansancio, saturación y agotamiento, producto de saber que las cosas nunca resultaron como las esperaba.
Llego rápido ni bien finalizó el evento y se fue con la misma velocidad,d ejando en claro no estar feliz y explicando cosas que le permitieran ver el futuro con cierta esperanza aunque la resignación se podía observar en su semblante.
El chico cuando esta bien lo manifiesto y cuando no lo está, le cuesta disimularlo. En línea generales sabe que hoy Gasly sumó y él en alguna medida restó porque le dio desmedido trabajo salir del candado que le privaba progresar en términos de ritmo y de carrera.
Es fácil pre establecer que el coche no es el mejor, pero el resultado de Pierre un poco lo inhibe de buscar por allí respuestas.
Hay un impase interesante hasta que el destino los lleve a Canadá. Eso será en dos semanas,que si bien no es mucho,es relevante para poder barajar,encontrar respuestas y buscar soluciones para mejorar de cara a lo que viene.
Todos los que paraban y retornaban al circuito, tras reponer caucho y salían detrás del coche francés lo fueron superando, anduvo muy solo todo el tiempo y muy precavido, la entrada del auto se seguridad cuando ya había transcurrido casi el 80 % del espectáculo le dio una dosis de expectativa y despertó a la gente que con Sainz y Alonso envueltos en sus problemas no tenía por quien jugar o expresar una cuota de cariño al no sentirse debidamente representada.
El circuito es famoso por ser una de las sedes de múltiples pruebas que se realizan cuando están dadas las condiciones.
Todos conocen muy bien al trazado catalán, incluido Colapinto, pero la carrera no estuvo a la altura de las circunstancias y que Verstappen tuviera que calzar neumáticos duros al final porque no había otra cosa, le restaba chances de pelearle a los autos naranjas que volvieron a mandar a pesar que los cambios reglamentarios con respecto a los alerones que no generaron los resultados que la FIA esperaba.
Hay que trabajar y duro para mejorar y más aún que ahora a Briatore se le ocurrió decir de nuevo que en el año 2025 nadie tiene la butaca asegurada.
Si es mensaje para Colapinto y su fin de semana lejos de los tiempos ideales,no lo sabemos, pero lo que sí conocemos es que el italiano muy irónico y audaz con los medios vive expresando cosas que desorientan y en vez de dar tranquila le otorga un poquito más de presión a sus pilotos contratados.
“Faltó gestión para administrar los neumáticos”, dijo el pibe de Pilar y el aire sucio estropeó los delanteros. En fin, certezas hay pocas y esperanzas muchas pero debe encontrar próximamente el ritmo que no aparece por ahora y que en algún dado deberá estar para seguir pensando en positivo.