La británica es una carrera particularmente diferente y es emblema de la categoría. Muchos equipos tienen sus factorías en torno al exaeródromo militar y venir acá representa un deleite para todos.
Nadie quiere estar ausente y aquellos que tienen relación con los fierros no desean abstenerse de venir. Las instalaciones, todas renovadas, son hermosas y se nota y se siente, a la vez, que el lugar es añejo pero restaurado y eso representa la vigencia del largo perímetro cercano a la ciudad de Milton Keynes.
Ingresar es algo engorroso y estacionar fuera del trazado es peor, pero están desbastados porque este weekend hay superpoblación y eso genera algunos desaciertos organizativos que no son el común denominador de esta gente, super detallistas en casi todo, pero doblegados por la masividad que aca se respira en el primer de los tres días de acción.
Los Duobles Deckers, como se los denomina a los clásicos autobuses de dos pisos rojos y londinenses que transitan las calles internas desde el Paddock hasta los múltiples y algunos lejanos sectores de Parking que rodean al afamado circuito, que además es popular (como Mónaco o Monza, por ejemplo) porque sus curvas se reconocen por sus nombres y no por sus números.

Para los argentinos es familiar este sitio pero, si algo nos diferencia, es que con Froilán González al volante en el año 51 ganó su primera carrera un Ferrari. La verdad que el Cabezón hizo historia aquel día. Fangio, obvio, acá se lució como en todas partes, pero con una salvedad: solo ganó una vez y con un auto de Maranello en 1956, mientras que Reutemann, cuando le tocó llegar a la victoria en este país, lo hizo en otro circuito en 1978, en Brand Hatch.
Pero qué coincidencia: también con el Cavalino Rampante. Es decir, los tres representantes argentinos triunfaron en épocas diversas pero con la misma marca.
Hablando de marcas, hay muchas, cada vez son más y se lucen con la participación de invitados de áreas del motor y de otras tantas.
Hay prensa de diferentes países europeos, otra indicación cabal que Silverstone es un clásico. El movimiento periodístico es intenso y entre que Verstappen se va a Mercedes, Antonelli se lo prestan a Alpine o Hyundai compra al team francés, el correteo es permanente y obvio que cae en la misma bolsa Colapinto y su continuidad, más allá que la misma dependa, o no, de la contratación de Bottas.
En líneas generales, si hay rumores normalmente, imaginen ahora que con tantos representantes de medios la cosa se pone al rojo vivo.
En toda esa temática y al ponerse un poco fresco cuando ya va cayendo el día, con una brisa que se siente y refresca el ambiente, Colapinto que, como expresé, no es ajeno a las versiones, encima conduce un auto como también su compañero, que no mejora. Por el contrario, todo va para atrás.

Insisto; hay momentos de las tandas que pareciera que las cosas van mejorando pero cuando sin tanta nafta y con gomas blandas todo se precipita y ya no es normal volver a la posición con la que se arrancó el día.
Interrogantes habrá demasiados de cara a este sábado. Solo resta esperar pero, como empecé esta cobertura, prefiero mantener la postura de creer que algún puntito habría que sumar. Sería una brisa que alivie como la que se siente ahora después de un largo día.
Ayer, en Barcelona, el termómetro trepaba hasta los 34 grados. Hoy, en Inglaterra, llegó a 28, pero cuando el sol cae las condiciones metereologicas cambian y siempre son ciertas las frases que menosprecian la calidad climática de esta inmensa isla.