Un McLaren que piloteó Ayrton Senna en 1987, un Williams de 1981 y la Maserati con la que el múltiple campeón mundial Juan Manuel Fangio hizo historia en 1957 es la primera sala con la que impacta “Fórmula 1. La exhibición” ni bien se atraviesan la línea de simuladores que da la bienvenida a una experiencia inmersiva sin precedentes en Sudamérica.

La muestra, que por la demanda de entradas se extendió una semana y se podrá visitar hasta este domingo 8 de junio (en La Rural de Buenos Aires), es una joyita para los amantes de la categoría.
Un recorrido que invita a deleitarse con la historia de La Máxima, interactuar con sus pantallas, detenerse a escuchar entrevistas, emocionarse con los tesoros que exhibe y hasta contenerse las ganas de subirse a un Haas de 2020, del francés Romain Grosjean (enterito, el otro también está, pero encontrarás la info más adelante).

Con un trabajo importante del Museo del Automovilismo Juan Manuel Fangio, que está situado en la ciudad de Balcarce y hoy es el más importante del mundo dedicado a un piloto, en el recorrido aparecen, además de la Maserati, traje de carreras y casco, entre otros objetos.
Pero la historia argentina y el vínculo con la Fórmula 1 no se remontan sólo a Fangio; Carlos Reutemann fue otro capítulo importante. Su Williams FW07B de 1980 (el año en el que el santafesino perdió el Campeonato Mundial de Pilotos por un punto) también luce impecable en su estrado, un auto que maximizó su potencial en el diseño aerodinámico.

La muestra tiene un fuerte impacto global: ya superó el millón de visitantes, tras su debut en 2023 en Madrid y su presencia en Viena (Austria), Toronto (Canadá) y Londres (Inglaterra). La siguiente parada ya se desarrolla en Ámsterdam, Países Bajos, la casa de Max Verstappen. Es una colección de arte con más de 90 cascos, piezas mecánicas y buzos de pilotos icónicos, entre muchos otros objetos de un valor inigualable.
Se exhiben las botas que usó el colombiano Juan Pablo Montoya en 2003, su temporada más fuerte, o las de Felipe Massa en su regreso a Ferrari en 2010. Precisamente, un muelle de suspensión similar al que impactó en el casco del brasileño Massa en 2009, en la clasificación del Gran Premio de Hungría y que derivó en un grave accidente, también está a la vista de todos.

Durante todo el recorrido se percibe, se puede leer, ver y escuchar todo el trabajo que viene realizando la categoría en cuestiones de seguridad y protección a los pilotos. Y, en ese aspecto, la muerte de Ayrton Senna toma mucho protagonismo.
La leyenda brasileña está presente en las distintas salas pero, quizá, lo que más conmueve es un mural justo enfrente de donde se exhiben el traje de carreras que usó en 1994, sus credenciales para ingresar a Imola y las anotaciones de la parrilla de salida. Todo acompañado por las páginas de los diarios más importantes del mundo reflejando la muerte del emblemático piloto.
“Para mí, Ayrton Senna fue el más grande”, las palabras de Lewis Hamilton inmortalizan ese espacio. Nadie se lo discutirá.


Tras conocer cómo trabaja la categoría en cuestiones de género y los desafíos para las próximas temporadas, las palabras que resuenan son inclusión y sostenibilidad; claro, siempre vinculadas a otras que están de moda, como inteligencia artificial. La temporada 2026 introducirá combustibles sostenibles y presupuestos más bajos para los equipos.

En la muestra también se puede observar cuándo y cómo comienza el diseño de un monoplaza y cómo se piensan las mejoras. Pasar por esa sala es ponerse en la piel de “ingeniero del equipo”.

Entre tantas perlitas, es difícil establecer qué es lo más importante porque la exhibición repasa el pasado y mira hacia el futuro, pero sin dejar de lado el presente. Buzos de Lewis Hamilton y Max Verstappen, entrevistas con Lando Norris y el sonido tan particular de los motores te llevan a la pista.
El traje, el karting y los trofeos del argentino Franco Colapinto, campeón nacional en 2016, acaparan toda la atención. El piloto de 22 años recién empieza a escribir su historia y no es poco. Objetos de su corta carrera (comparadas con los otros monstruos de la categoría que están presentes) ya forman parte de una colección que despierta admiración.

Su gigantografía también está presente la sala en la que se “muestra” a cada uno de los protagonistas que componen el mundo de los pilotos de la F1 en este 2025. En tamaño natural, con su buzo de Alpine y su característico número 43, hasta su gesto parece real. Ese es uno de los últimos pasos por la exhibición, aunque antes hay que sortear el impacto que genera pararse frente a los restos del Haas que piloteaba Romain Grosjean en el Gran Premio de Baréin 2020, tras salvar milagrosamente su vida.
