Volvió. Y aunque el resultado diga 16°, lo que cuenta no está en los números, sino en el corazón. Franco Colapinto regresó a la Fórmula 1 en Imola con la madurez de quien entiende que cada vuelta es una oportunidad.
En una carrera que lo vio llegar a estar 8°, caer al fondo del pelotón y remontar otra vez, el piloto argentino volvió a mostrar carácter y dejó en claro que está en una etapa de aprendizaje.
Después de un sábado agitado, con el auto de Alpine golpeado y la duda de si podría largar, Colapinto terminó la carrera. La cruzó completa. Y la cruzó bien. Entregó el monoplaza entero, agradecido con su equipo y fiel a su estilo, con los pies en la tierra. Porque en la Fórmula 1 no siempre se gana en la tabla. A veces, la victoria está en llegar. Y Franco, una vez más, llegó.
Su carrera
La largada de Franco no fue del todo buena, y en un momento quedó 18°, pero al poco tiempo recuperó un lugar.
En la vuelta 13° el argentino llegó a estar noveno aprovechando que varios pilotos rápidamente hicieron cambios de neumáticos. Poco después estaba octavo, aunque sabiendo que era un lugar un tanto ficticio.
De todos modos Franco realizó al cabo de esas primeras 20 vueltas una carrera prolija y en ritmo, dentro de lo esperado.
Tras su paso por boxes, Colapinto quedó último y a partir de allí empezó a buscar recuperar terreno. En la vuelta 32° estaba 16°. Y hasta allí se mantuvo.
Por otra parte, Oscar Piastri partió primero este domingo pero a los pocos segundos fue superado por Max Verstappen en una maniobra quirúrgica. Y el campeón del mundo no solo la punta y se quedó con la carrera de punta a punta junto a su Red Bull.
