La Fórmula 1 vive un momento muy particular y, quizás, único en su larga y rica historia. La mirada está más puesta en el futuro que en el presente. Y eso puede ser una buena señal. Es que la Máxima sigue generando mucha expectativa y nada mejor que eso para asegurarse continuidad hacia adelante.
Mientras todo el Gran Circo se instala en Miami para disputar este fin de semana su sexta fecha de la temporada, todas las miradas están puestas en Red Bull. El equipo dominante en la actualidad vive una campaña en la que todo lo bueno que viene mostrando en pista queda diluido por lo que ocurre fuera de ella.
El inicio del año se vio sacudido por la denuncia de una empleada contra Christian Horner, el jefe de equipo de la escudería austríaca, por comportamiento inapropiado. Si bien la propia empresa desestimó la denuncia, la situación permitió visibilizar las cruentas internas entre los hombres más importantes de la estructura.
Todo ese ruido interno, que pone en riesgo hasta la continuidad de Max Verstappen en Red Bull (tiene contrato hasta 2028, pero con salida anticipada a su favor, lo que despertó el interés de Mercedes), generó que Adrian Newey, el “padre” de todos los modelos exitosos de este equipo, decidiera dejar la estructura, a la que llegó en 2005.
Horner y Newey son dos de las personas más importantes para que Red Bull dejara de ser un equipo sostenido a fuerza de marketing para pasar a ser un gigante de la F1. Con Horner como jefe de equipo y Newey como diseñador, Red Bull ganó siete campeonatos de pilotos (cuatro con Sebastian Vettel, entre 2010 y 2013, y tres con Max Verstappen, en 2021, 2022 y 2023) y seis cetros de Constructores (2010, 2011, 2012, 2013, 2022 y 2023) y la casi segura obtención de ambas coronas este año.
Pero la relación entre ambos se fue enfriando. La realidad marca que Newey no siente que su trabajo sea reconocido por Horner, como él cree que debería ocurrir.
Quién es Adrian Newey
Adrian Newey es un ingeniero aeronáutico y astronáutico de 65 años que tiene en su foja de servicios haber creado autos campeones para Williams, McLaren y Red Bull. En total, sus autos tienen 12 campeonatos de Constructores (cinco con Williams, uno con McLaren y seis con Red Bull) y 13 de campeonatos de Pilotos (cuatro de Sebastian Vettel, tres de Max Verstappen, dos de Mika Hakkinen y, con uno cada uno, Nigel Mansell, Alain Prost, Damon Hill y Jacques Villeneuve).
El propio Newey explica las razones de su éxito: “Hemos logrado leer bien los cambios en las reglamentaciones y regresar con un auto que luego podemos evolucionar”.
Hijo de un veterinario (al que le gustaban mucho las matemáticas y la ingeniería) y de una madre muy vinculada a las cuestiones artísticas, esos dos mundos se hicieron ser en él. Fanático de Pink Floyd, se transformó en el ingeniero más exitoso de la historia de la F1 y su legado es innegable, ya que marcó la vida de las nuevas generaciones de ingenieros en este deporte.
Su futuro aún no está definido. Se sabe de la oferta multimillonaria que le realizó Lawrence Stroll para que se sume a Aston Martin (100 millones de dólares, por cuatro años) y también del ofrecimiento de Ferrari, al que muchos ya lo asocian. Ambas son tentadoras para Newey.
Con Aston Martin se asegura estar en un equipo con Fernando Alonso, con los motores Honda, mucho dinero y seguir viviendo en Inglaterra, más el desafío de hacer grande a un equipo que persigue eso. Con Ferrari tendría la opción de trabajar con Lewis Hamilton (lo seduce más que Alonso) y de asumir el desafío de llevar nuevamente al éxito al equipo más grande de todos los tiempos.
Lo que queda claro es que Newey aún no piensa en el retiro.
Qué pasa cuando Newey deja a un equipo
No es la primera vez que Adrian Newey se va de una escudería. Pero, de todas ellas, en una sola ocasión fue despedido. Llegó a la F1 de la mano de March, en 1988. El equipo pasó a ser Leyton House en 1990 y fue despedido a mitad de esa campaña. Tenía 32 años y la experiencia le sirvió.
Pero su talento ya empezó a ser reconocido por equipos más importantes y ese mismo año llegó a Williams. Y, con él, los éxitos. Pero la presencia de Patrick Head “tapando” su crecimiento y la falta de reconocimiento por parte de Frank Williams promovieron que decidiera dejar al equipo en 1997.
De allí saltó a McLaren y sus autos plateados dominaron 1998, 1999 y estuvieron ahí de repetir en 2000. Su relación con Ron Dennis se fue desgastando y eso provocó que dejara al equipo en 2005. De allí saltó a Red Bull para generar dos dinastías en 18 temporadas y transformar a un equipo nuevo en uno de los que se ganó su lugar en la historia.
El detalle a remarcar es que, cada vez que Adrian Newey dejó a un equipo, a esa escudería le dejó de ir bien. Williams pasó de ser el mejor a estar en los últimos lugares de la parrilla. Y a McLaren no le fue mucho mejor. No tuvo más cetros de Constructores y, en Pilotos, solo sumó el título de Lewis Hamilton en 2008. Después, muchas temporadas para el olvido y recién en las últimas campañas logró meterse en la conversación con Lando Norris y, ahora, Oscar Piastri.
Christian Horner lo sabe. Ahora apostará por el francés Pierre Waché como reemplazante de Newey. A sus 49 años, el galo tendrá un desafío inmenso: sostener el legado de Newey.
Habrá que ver si el equipo austríaco es capaz de sobrevivir a cambios tan significativos. Cuando Horner llegó a Red Bull en 2005 como un joven jefe de equipo, con 32 años, tenía el sueño de construir algo importante. Todo desde cero, sin presiones y con tiempo. Aquel sueño se hizo realidad. Ahora tiene que sostener todo lo que construyó, pero sin margen de tiempo y con mucha presión. ¿Será capaz de lograrlo sin Adrian Newey? Por lo pronto, tiene que convencer a Verstappen que “hay vida” después de la salida del equipo del ingeniero más exitoso de todos los tiempos.
