En lo que fue una tarde de sábado marcada por un calor abrasador (el termómetro acusaba unos 38 grados centígrados a las 17.40), Dogos XV, un poco por impericia propia y otro por mérito del rival, encontró dificultades para convertir en puntos las oportunidades que tuvo y terminó igualando 20-20 con Pampas por la segunda fecha del Súper Rugby Américas.
Lo cierto es que a pesar de que el local tuvo un buen segundo tiempo, superior al primero, el duelo contra la franquicia de Buenos Aires fue parejo, duro y muy disputado. Tan peleado que, si alguien tuviera que describir en una palabra lo que fue el encuentro, debería decir que fue una batalla, en la que ambos equipos dejaron todo.
Al margen del resultado, que probablemente fue justo, el que arrancó mejor fue la visita. Es que en los primeros diez minutos la performance del local se pareció mucho a la que mostró contra Peñarol en la fecha uno: una mezcla de actitud, convicción e imprecisiones; imprecisiones que los dirigidos por Juan Manuel Leguizamón supieron capitalizar.
Quien desee entender cómo se fue dando el encuentro, solo debe seguir el orden en que ambos equipos fueron marcando.
El primero en anotar fue Nicolás D’amorim, cuando a los 7 de la primera parte sumó un try para Pampas. Diferencia que estiró Estanislao Renthel tras la conversión y que llevó a 7-0 el marcador.
Esa primera anotación fue un aviso para el conjunto cordobés, el cual, a pesar de tener buenos lanzamientos desde las formaciones fijas, no lograba transformar en puntos los quiebres que tenía.
Desde el minuto 10 al 20 fue más de lo mismo. Dogos proponía, pero no podía sumar. Pampas, en tanto, defendía con vehemencia y tomaba mejores decisiones con pelota en mano. Aunque la historia de a poco iba a empezar a cambiar. Apenas unos minutos después de iniciado el segundo cuarto de partido (el árbitro Damián Schneider realizó una pausa a los 20 para que los jugadores se pudieran hidratar), y tras el penal de Estanislao Renthel que amplió la diferencia a 10-0, los dirigidos por Nicolás Galatro afinaron el juego y comenzaron a mostrar otra cara.
A partir de ahí, el tanteador se comenzó a mover en favor de la casa. Fue el pie del apertura Julián Hernández el que quebró el cero y sumó los primeros tres para el conjunto cordobés en el minuto 30.
Dogos XV agarraba confianza; movía la pelota de punta a punta y los huecos en la defensa de Pampas empezaban a aparecer.
Y finalmente llegó el try. Con una jugada de line y maul, algo que el equipo local conoce a la perfección y que fue su carta más fuerte en la edición pasada del certamen, Leonel Oviedo se desprendió de la formación y anotó cinco más. Como Hernández falló, el resultado a poco del cierre de la primera parte quedaba 10-8 para la visita.
Los equipos se fueron al descanso con el mismo resultado (10-8 para Pampas). En la pausa de 10 minutos ya se podía prever que una de las claves del partido iba a estar en los cambios: la franquicia que tuviera los mejores ingresos marcaría el ritmo del complemento.
Iniciado el segundo tiempo, la historia parecía que se inclinaba para el equipo cordobés. El local salió con todo y golpeó primero. El try fue exactamente con la misma modalidad: line, maul y cinco puntos al bolsillo. También lo hizo Oviedo.
Aunque Pampas iba a sorprender con algunas secuencias y logró sumar tres más para dejar el tanteador igualado, ahora 13-13.
Pasados los primeros 20 de la segunda parte, ya era posible evidenciar el agotamiento en ambos bandos, aunque al local se lo notaba más entero. Los otros siete puntos de cada equipo que completaron el 20-20 final vinieron de dos tries. Uno del medio scrum de Dogos XV, Agustín Moyano, a los 20 del segundo tiempo, con un gran amague; y el otro, a los 24, cuando Inchauspe apoyó el suyo. El local intentó hasta el final, pero se debió conformar con el empate.