El rugby argentino despide a una de sus figuras emblemáticas. Arturo Rodríguez Jurado, símbolo del San Isidro Club y protagonista esencial de la histórica gira de Los Pumas por Sudáfrica en 1965, falleció en las últimas horas a los 81 años.
Su nombre está grabado en las páginas más importantes de este deporte en la Argentina, no sólo por su talento como jugador, sino también por su compromiso y amor incondicional hacia el rugby.
Rodríguez Jurado integró aquel recordado equipo que el 19 de junio de 1965 venció a los Junior Springboks por 11-6 en Ellis Park, Johannesburgo, en lo que fue un triunfo fundacional para el seleccionado nacional.
Aquel día debutó con la camiseta argentina, convirtiéndose en el Puma número 231. Y fue precisamente esa gira, repleta de coraje y humildad, la que dio origen al apodo de “Los Pumas” que acompaña desde entonces al seleccionado.
Jugador formado y forjado en el San Isidro Club (SIC), Rodríguez Jurado fue un back de jerarquía y temperamento.
De profunda convicción amateur y férreo defensor de los valores que el rugby busca transmitir, solía repetir una frase que lo definía: “El rugby es el mejor deporte del mundo y sus alrededores”.
Una afirmación sencilla, pero llena de sentido en alguien que vivió con intensidad y pasión cada momento vinculado a la ovalada.
Con su partida, se va un hombre que ayudó a construir una identidad. Uno de esos nombres que no necesitan muchos adjetivos, porque su sola mención trae respeto, orgullo y memoria. El rugby argentino está de luto. Y su historia, hoy, suma una página más.