A pocos días de su finalización, el Mundial Francia 2023 ya forma parte del pasado; reciente, pero pasado al fin. Con el correr de los días, la tristeza (y por qué no la bronca) por no poder alcanzar el objetivo planteado irá dejando lugar a la real dimensión de lo que fue el cuarto puesto alcanzado por Los Pumas en la 10ª Copa del Mundo. En ese proceso también habrá lugar para empezar a pensar en el futuro, tanto en el mediano como en el largo plazo. En el tiempo más cercano (la temporada 2024) se empezará a delinear el trabajo de cara a Australia 2027, pero en lo inmediato habrá que renovar energías y eso es lo que hará el cordobés Juan Cruz Mallía, que este martes arribó a Córdoba para disfrutar de unos días en familia.
El fullback del seleccionado argentino arribó al Aeropuerto Internacional Ingeniero Ambrosio Taravella pasadas las 13, acompañado por su papá, y, ni bien atravesó las puertas de arribos internacionales, se fundió en sentidos abrazos con su mamá y su hermana. Esos abrazos necesarios para reconfigurar y volver a empezar el camino hacia un nuevo ciclo. “Sigo un poco con sensaciones encontradas, todavía no tomamos dimensión de lo que logramos, pero por otro lado muy feliz también de volver acá, de compartir con la familia, con todo el país, lo que fue este Mundial. Espero que la gente se haya podido sentir identificada con este equipo, que para nosotros eso ya es un gran logro”, expresó el jugador formado en Jockey Club Córdoba.
El volver a reunirse con la familia y los afectos también forma parte del proceso de dejar atrás la tristeza y empezar a darle valor al cuarto puesto conseguido en el Mundial de Francia. “Compartir los logros con ellos, que son las personas que están siempre, que bancan, para empezar a pensar en lo que viene”, indicó “Juanchi” y aseguró que al regresar cada uno a sus clubes, tanto él como sus compañeros, se hace foco en un nuevo proceso mundialista.
Se piensa en todas las cosas que pasaron desde 2019 (en el Mundial de Japón) hasta este año y se ponen nuevos objetivos. “No hay tiempo que perder, hay que volver al club y empezar a ganarse el lugar ahí mientras estamos separados (del seleccionado); después, cuando nos volvamos a juntar, tratar de que lo que fue el Mundial sea nuestro piso, nuestra base para seguir creciendo”, reafirmó.
La despedida del Mundial fue con la derrota ante Inglaterra, el mismo seleccionado con el que Los Pumas perdieron en el debut. Podría haber sido una revancha para pasar aquel mal trago del estreno argentino en la Copa del Mundo, pero tampoco puso ser. ¿Se podría haber ganado? Sí, se hubiese podido. Pero eso ya no se puede cambiar. “Dentro del vestuario todos coincidimos en que estábamos vacíos completamente, que habíamos dado absolutamente todo lo que teníamos, como fue todo a lo largo del Mundial. Los resultados son una consecuencia, aprenderemos para el futuro. Creo que el equipo puede estar tranquilo de que entregó todo y que dio todo lo que tenía para poder lograrlo, no se dio, pero seguiremos creciendo y construyendo”, describió el jugador de 27 años en su regreso al país.
“Juanchi” aseguró que se puso a pensar todo lo que pasó desde 2019, en su primera experiencia mundialista, en Japón, hasta hoy y qué fue lo que pensó en ese momento, que lo llevó a este presente. “Del último partido con Estados Unidos en el 2019 tengo un recuerdo y es el de decir: ‘todo lo que voy a hacer a partir de este momento va a ser para jugar en los Pumas y dejar a esta camiseta lo más alto que se pueda’. Crecimos un montón, pasaron un montón de cosas, una pandemia, desapareció Jaguares, tuvimos que buscar nuevos clubes, irnos a vivir afuera buscando nuevos horizontes, que por ahí nos hacían tambalear un poco, pero siempre con la confianza y con el deseo de ponerse de vuelta esa camiseta y dejar a la Argentina lo más alto posible. Fue un gran crecimiento deportivo y un gran crecimiento personal también”, expresó el cordobés.
En ese crecimiento también hubo lugar para el disfrute por estar ahí, un lugar al que aspiran muchos jugadores de rugby y en un torneo que solo juegan 20 selecciones. Hubo buenas y malas; errores y aciertos, pero siempre priorizando al equipo. Por esa razón, cuando le tocó definir al Mundial con la primera imagen que se le viene a la memoria, sentenció: “Los abrazos constantes, en las buenas y en las malas; disfrutar de todos los momentos, porque eso es lo que hace a un verdadero equipo, un verdadero grupo, bancarse en las buenas y sobre todo en las malas. De esa manera, lo supimos sacar adelante también al Mundial, que empezó por ahí un poco difícil, con un resultado adverso y sobre todo dentro del juego, pero esa derrota nos hizo unirnos aún más, confiar aún más en lo que veníamos preparando y llegamos a la semifinales”.
