Sudáfrica se coronó bicampeón mundial este sábado gracias a un angustiante y dramático triunfo 12-11 sobre Nueva Zelanda en una final de ensueño jugada en el Stade de France de París, que vivió una noche histórica.
Los Springboks, con este título, llegaron a cuatro y se convirtieron en la selección mas ganadora de la historia, con uno más que su vencido.
Dicen que las finales se ganan no se juegan, pero esta disputada este sábado en tierras francesas se jugó, se sufrió, tuvo de todo y la ganaron los Springboks por una diferencia mínima tanto en el marcador como en el trámite.
Para las 80 mil y chirola de personas que vivieron una fiesta fue disfrutar de un partido que quedará en la historia, aunque claro está la alegría fue toda sudafricana.
El partido fue dirigido por el árbitro Wayne Barnes de Inglaterra y sus asistentes fueron sus compatriotas Karl Dickson y Mattheu Carley.
El partido
El Haka, emocionante y ovacionado, dio paso a la acción con la premisa de los All Blacks de querer jugar para desafiar la que, como se suponía, fue una tremenda marca sudafricana.
La primera incidencia clave llegó de entrada cuando Frizell limpió un ruck en forma ilícita, en la jugada se lesionó el hooker Mbongeni Mbonambi (entró Deon Fourie), el ala neozelandés fue amonestado y de ese penal llegó el 3-0 para una Sudáfrica que salió con todo.
Los sudafricanos salieron con una voracidad impresionante, ocuparon territorio rival jugando a un ritmo altísimo y a los 13 minutos Pollard puso el 6-0 tras otro penal cometido por los de negro.
La primera jugada favorable a Nueva Zelanda terminó en un penal a su favor, fue al line y allí nació el ataque más profundo de los oceánicos, que terminó en penal a su favor y el descuento para el 6-3 parcial gracias a Mo’unga a los 17m.
Claro que los Springboks respondieron rápido y aumentaron con un penal de lejos de Pollard que entró rozando el travesaño a los 19. La presión verde siguió siendo infernal y exigió un esfuerzo máximo de los All Blacks, que jugaban muy incómodos, y además perdieron un ñar de lines propios seguidos. Sin embargo, Nueva Zelanda se metió en partido hasta que a los 27m llegó la segunda amarilla para los de negro, en este caso al capitán Sam Cane, por tackle alto.
A los 34m, el panorama se puso más negro para los All Blacks, porque la amarilla de Cane se transformó en roja y Pollard puso el 12-3 por un penal que había forzado Kolisi en una pesca.
Con su historia y el público francés a su favor, era impensable que los neozelandeses se dieran por vencidos y Mo’unga descontó para el 6-12.
El primer tiempo se fue con Nueva Zelanda complicado pero en partido y con el desafío de ver cómo haría para afrontar el complemento abajo en el marcador y con un jugador menos.
El complemento planteó una Sudáfrica al ataque y ocupando el terreno rival, pero a los 5m hubo un golpe alto de Kolisi, quien fue amonestado con revisión. Eso despertó a los All Blacks e insinuó otro escenario.
A los 11m, Nueva Zelanda tuvo un penal a favor que podría haber probado a los palos, pero eligió ir al line con la intención de aprovechar un momento favorable, pero se le complicó y desaprovechó la ocasión.
Y en la acción siguiente llegó un try negro anulado por una pelota que se cayó hacia adelante en un line. Nueva Zelanda lució enfurecida y Sudáfrica defendió como pudo su ingoal en posición extrema, hasta que llegó una definición de Beauden Barrett a la bandera y el resultado quedó 12-11 para los Springboks.
El partido se siguió jugando con una intensidad y tensión impresionantes, con Nueva Zelanda jugándole de igual a igual a Sudáfrica pese al hombre de menos para entrar en los últimos 15 minutos que prometían ser infartantes.
Los dos siguieron dejando la vida y algo más en un ida sin respiro, hasta que a los 32m llego una amarilla a Kolbe por matar el juego en un ataque rival, pero Jordie Barrett falló de muy lejos.
Se cortaba el ambiente en el Stade de France, donde 80 mil personas tenían las pulsaciones al tope. El final encontró a ambos desesperados por el triunfo y el cuarto título mundial, que fue para Sudáfrica un bicampeón que sufrió pero retuvo la corona. Por un punto, como en cuartos ante Francia y en “semi” contra Inglaterra. Un 12-11 que quedará en la historia.
El historial
Nueva Zelanda y Sudáfrica se enfrentaron en seis oportunidades en mundiales, con tres triunfos de los All Blacks y tres por parte de los Springboks.
Desde el inicio de los Mundiales de rugby, en 1987, los seleccionados de Sudáfrica y Nueva Zelanda suman siete de los 10 torneos (los cuatro últimos), mientras que Australia obtuvo dos (1991 y 1999) e Inglaterra, uno (2003).
Los Springboks se consagraron campeones del mundo en 1995, 2007, 2019 y 2023, mientras que Nueva Zelanda obtuvo también tres títulos en 1987, 2011 y 2015.
Formaciones
Nueva Zelanda: Ethan de Groot (Samisoni Taukei’aho), Codie Taylor (Tamaiti Williams) y Tyrel Lomaxb (Nepo Laulala); Brodie Retallick (Dalton Papali’i) y Scott Barrett; Shannon Frizell (Samuel Whitelock), Sam Cane (c) y Ardie Savea; Aaron Smith (Finlay Christie), Richie Mo’unga (Damian McKenzie), Mark Tele’a, Jordie Barrett, Rieko Ioane, Will Jordan (Anton Lienert-Brown); Beauden Barrett. Entrenador: Ian Foster.
Sudáfrica: Steven Kitshoff (Ox Nche), Mbongeni Mbonambi (Deon Fourie), Frans Malherbe (Trevor Nyakane); Eben Etzebeth ( Jean Kleyn), Franco Mostert (RG Snyman), Siya Kolisi (C) (Jasper Wiese), Pieter-Steph Du Toit, Duane Vermeulen (Kwagga Smith); Faf de Klerk, Handre Pollard; Cheslin Kolbe, Damian de Allende, Jesse Kriel, Kurt-Lee Arendse; Damian Willemse (Willie Le Roux.). Entrenador: Jacques Nienaber.
Puntos: PT. 3, 6, 19 y 34m penales de Pollard (S), 17 y 38m penales de Mo’unga (NZ). 17m try de Beauden Barrett (NZ)
Tarjetas: PT. 2m amarilla a Shannon Frizell (NZ), 27m roja a Sam Cane (NZ). ST. 5m amarilla a Siya Kolisi (S), 34m amarilla a Cheslin Kolbe (S).
Árbitro: Wayne Barnes.
Estadio: Stade de France, París.
Espectadores: 80.065 personas
