Novak Djokovic tiene 38 años y está tratando de conquistar un juego de hombres más jóvenes, clasificado a las semifinales del Abierto de Estados Unidos. Pasaron dos años desde su título más reciente de Grand Slam, lo que, para él, debe sentirse como una eternidad.
La temporada pasada fue la primera sin ganar al menos uno desde 2017. Y Djokovic tiene claro que, en este punto de su carrera, esos grandes trofeos de los cuatro eventos más importantes del tenis son todo lo que realmente le importa. En los otros tres torneos importantes de este año, terminó en semifinales, dos después de lesionarse: abandonó en el Abierto de Australia debido a un desgarro en el tendón de la corva y estuvo claramente limitado en Wimbledon por una lesión en el músculo de la ingle. No había competido en ningún lugar desde que dejó el All England Club en julio hasta llegar a Flushing Meadows.
Djokovic se enfrenta a Carlos Alcaraz el viernes, y si gana, posiblemente a Jannik Sinner.
Ahora Djokovic está de vuelta con los últimos cuatro en Nueva York, y hay un camino desafiante por delante. El próximo es el número dos del mundo, Carlos Alcaraz, que tiene 22 años. Si gana, podría esperarle una final el domingo contra el número 1, Jannik Sinner, de 23 años, si el campeón defensor vence a Lorenzo Musetti en los cuartos de final y a quien sea su oponente en la semifinal.
Después de alcanzar su semifinal 53 de un torneo importante, y la 14 en el US Open, al eliminar al cuarto cabeza de serie, Taylor Fritz, de 27 años, en cuatro sets el martes por la noche, Djokovic jugueteó con su barba mientras reflexionaba sobre lo que está por venir.
“Bueno, no va a ser más fácil, te lo digo”, dijo con una sonrisa irónica el serbio. “Voy a intentar tomarlo un día a la vez. Realmente cuidar mi cuerpo. Tratar de relajarme y recuperarme. Los próximos días son realmente clave para mí para poner mi cuerpo en forma y listo para luchar cinco sets, si es necesario. Realmente me encantaría eso”, sumó.
Djokovic jugó 37 finales de Gran Slam y ganó 24, pero ninguna a los 38 años. Djokovic ya posee casi todos los récords de importancia en el tenis masculino, incluidos 24 campeonatos importantes, 37 apariciones en finales importantes y la mayor cantidad de semanas en el número uno del ranking. Y así sucesivamente.
Lo nuevo para él es adaptarse a competir a esta edad. “Normalmente me gusta jugar los grandes partidos en un gran escenario. Es solo que no estoy realmente seguro de cómo se va a sentir el cuerpo en los próximos días. Pero voy a hacer todo lo posible con mi equipo para estar en forma para eso”, dijo Djokovic.
“Habrá mucho que correr, eso es seguro. No van a ser puntos cortos”, agregó.
Djokovic tiene un récord de 5-3 contra Alcaraz, su oponente en las semifinales del Abierto de Estados Unidos. El español ya conquistó cinco títulos de Gran Slam.
“Tengo otra oportunidad, otro intento. Espero... poder estar lo suficientemente en forma y jugar lo suficientemente bien para mantenerme al día con Carlos”, dijo Djokovic. “Entonces puede ser el partido de cualquiera”.
Djokovic ganó los dos encuentros más recientes contra el dinámico Alcaraz: en los cuartos de final del Abierto de Australia en enero de este año y en la final por la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París el año pasado.
“Realmente quiero venganza”, dijo Alcaraz.
Alcaraz llegó a la final en sus últimos siete torneos, ganando cinco títulos. El español fue dominante en la última semana y media, sin perder un set en el torneo, y durante gran parte de 2025, liderando el circuito con seis títulos y un récord de 59-6. Desde abril, tiene un récord de 43-2, ganando torneos en Monte-Carlo, Roma, Roland-Garros, Queen’s Club y Cincinnati. Las dos derrotas fueron en finales: en Barcelona (contra Holger Rune) y Wimbledon (ante Sinner).
Djokovic sabe lo que Alcaraz y Sinner hicieron últimamente. “No necesitamos gastar palabras sobre los dos. Sabemos que son los dos mejores jugadores del mundo”, dijo Djokovic, quien perdió ante Sinner en las semifinales del Abierto de Francia y Wimbledon.
“Probablemente todos estén esperando y anticipando (una final del Abierto de Estados Unidos) entre los dos. Voy a intentar desbaratar los planes de la mayoría de la gente”, expresó el serbio. “Definitivamente no voy con una bandera blanca a la cancha”, completó.