Cuellos tipo polo, mangas largas, jerséis y camisetas con rayas horizontales bien marcadas. Así salió a la cancha Carlos Alcaraz en la final de Roland Garros 2025, luciendo una colección inspirada en el rugby. No fue una elección al azar: la indumentaria hacía homenaje al centenario de la participación internacional en el certamen francés, un detalle histórico poco conocido que sumó peso simbólico a una definición épica.
En una batalla que duró 5 horas y 29 minutos ante el italiano Jannik Sinner, el murciano logró levantar su segundo trofeo en París y el quinto Grand Slam de su carrera, vestido con prendas que también contaban su propia historia. Es que antes de mudarse al mítico complejo de Roland Garros en 1928, el torneo se disputaba en el Stade Français, un estadio que también oficiaba como sede de partidos de rugby.
Nike aprovechó la efeméride para lanzar una línea especial que combinaría la tradición del rugby con la estética moderna del tenis. Alcaraz fue uno de los embajadores de esta colección, al igual que Naomi Osaka en el cuadro femenino. La idea no pasó desapercibida ni para el público ni para la Federación Española de Rugby, que celebró el gesto.
“Nos remite al diseño clásico del rugby, incluso en el corte. Es un orgullo que, aunque sea de forma evocativa, el rugby se vincule a una victoria tan importante”, expresaron desde la entidad a la agencia EFE.

Más que marketing
La camiseta que usó Alcaraz en la final —con franjas gruesas horizontales y cuello estilo rugby— generó revuelo en redes sociales, aunque muchos desconocían el trasfondo. Esther Palma, especialista en moda y directora de la agencia EPComunicación, explicó que “Nike supo capitalizar el centenario del torneo como punto de partida conceptual, mezclando elementos tradicionales del rugby con el diseño actual del tenis”.
Según Palma, estos cruces entre deporte e historia son frecuentes en las grandes marcas, pero no siempre se explican de manera clara al consumidor. “Hacer visible el proceso creativo no solo humaniza a la marca, también genera un vínculo emocional más fuerte con el público. Una buena historia puede convertir una prenda en un ícono”, señaló.

Además, subrayó que los Grand Slams —Australia, Roland Garros, Wimbledon y el US Open— suelen servir como plataformas ideales para lanzar colecciones especiales y captar tanto al público fanático del tenis como a seguidores de la moda deportiva.
“Cada torneo es una oportunidad para reinterpretar códigos clásicos y transformar la ropa en una extensión del evento. Esta vez, Nike logró que los outfits también cuenten una historia visual poderosa, en sintonía con el legado del certamen”, cerró Palma.
Al final, no fue solo un título más para Alcaraz, sino una postal cargada de simbolismo: una nueva estrella del tenis consagrándose con un guiño al pasado, en el Roland Garros más largo de la historia. Una combinación de moda, historia y deporte que quedará en el recuerdo.