La selección argentina masculina de vóley finalizó en el noveno puesto en el Mundial de Filipinas, certamen en el que se despidió en octavos de final tras caer ante Italia (actual bicampeona) en sets corridos.
Previamente, había derrotado en un partidazo a Francia, vigente bicampeona olímpica). El casillero en la clasificación final del certamen le permitió a Argentina mantener el octavo puesto en el ranking mundial de la Federación Internacional de Vóleibol (FIVB).
El elenco albiceleste tuvo una destacada actuación, con jugadores en un nivel superlativo, tal el caso de Luciano De Cecco, récord absoluto con seis mundiales en su haber, y con un cordobés que cumplió su sueño de estar en uno: Matías Giraudo. “Disfruté como un nene”, dijo a La Voz, desde Módena (Italia), el armador de 27 años, y aseguró: “Jugar el Mundial me generó mucha emoción y satisfacción personal. Es algo por lo que he trabajado muchísimos años y fui feliz de representar a mi país. Eso no me lo quita nadie”.

El villamariense forma parte de una familia que respira deporte y que incursionó en el vóley después de, precisamente, ver un Mundial. “Jugábamos al vóley en la escuela y ahí (por el Mundial) empecé a conocer la selección argentina. Estoy seguro que en Villa María, antes del 2008, la gente no tenía ni idea de que se jugaba al vóley profesional en la Argentina. Esa es una de las cosas que hay que intentar apoyar o cambiar, no puede ser que, sea el deporte que sea, no sea transmitido para todo el país. La gente debería tener la opción de poder conocerlos y ser libre de elegir qué le gusta a cada uno”, expresó el jugador que esta temporada se sumó club más laureado de Italia (12 títulos) y el segundo a nivel europeo, por detrás del VC CSKA Moscú.
Y agregó: “En el vóley argentino somos todos uno y si a la selección argentina le va bien, automáticamente a los clubes les va a ayudar. Si a la Liga Argentina le va bien, lo mismo va a pasar con los clubes de barrio, con la selección, vendrán más jugadores, crecerán más los jóvenes. Va todo de la mano, es sumar. Entre todos, aportar un poquito más, ver en qué se puede mejorar y de ese modo hacer que el deporte crezca. Creo que pudimos hacer muy poco después de la medalla olímpica (bronce en Tokio 2020), conseguimos un hito histórico y no sirvió nada, porque estamos peor que antes”.
Y sus afirmaciones tienen sustento. El jugador, premio Estímulo de La Voz en 2013, debutó en Primera División en el año 2016, en Bolívar. Pasó por varias instituciones de nuestro país y jugó en Francia (en dos etapas), República Checa, Rusia y esta es su segundo paso por el vóley italiano. “A todos nos gustaría jugar en Argentina; si le preguntas a los 16 jugadores que integramos el seleccionado que jugó el Mundial donde elegiríamos jugar, los 16 van a decir en Argentina. Es el sueño de todos que la Liga Argentina crezca y poder jugar en casa, con nuestra familia, con nuestra gente y ser felices en nuestro país”, indicó el armador de 2,02 metros.

Marcelo Méndez como DT y la figura de Luciano De Cecco
Con 18 años, Luciano De Cecco jugó su primer Mundial en 2006 (Japón), año en el que Giraudo, con apenas ocho, todavía no había definido su camino en el deporte. En Filipinas 2025, los dos compartieron la experiencia mundialista y cuando se le consultó al cordobés sobre las razones por las que el santafesino sigue jugando a tan alto nivel respondió: “Es talento, talento puro y duro. No hay otra cosa. Tiene un talento que no existe realmente”.
–¿Tenerlo a él en la selección fue ponerle un tope a tu rol?
–Muy probablemente. Igual creo que es una cuestión de elección de los entrenadores, cada entrenador elige lo que quiere hacer con su jugador, pero claramente eso va a influir. Yo tengo 27 años y es el primer año que juego un Mundial de mayores y él a los 26 ya había jugado tres. Detrás de él había otro montón de gente que tenía el nivel para hacerlo, pero estaba él y se lo había ganado.
–Y hablando de entrenadores, ¿qué significó Marcelo Méndez para el vóley argentino?
–No sé qué significará para el resto de la gente, para nosotros ha sido el entrenador más exitoso que hemos tenido. Nos ha ayudado mucho a crecer. Ahora él eligió dar un paso al costado porque su ciclo terminó y espero que lo hayamos aprovechado al máximo.

Matías Giraudo ya está en Módena, donde jugará estará temporada. Está contento con su presente y con su elección de vida. “Hoy lo más importante para mí es seguir creciendo como jugador, tengo mi objetivo más que claro. Lo que toque después lo dirá el destino; todavía no sabemos quién será el nuevo entrenador de la selección y si me tendrá en cuenta o no. Intentar disfrutar al máximo; Italia es una de las Ligas que siempre soñé con volver a jugar y estoy cumpliendo uno de mis sueños”.