La esperada y polémica velada entre el excampeón mundial de los pesos pesados Anthony Joshua y el youtuber Jake Paul, disputada en el Kaseya Center de Miami, tuvo un desenlace tan contundente como previsible: triunfo del británico por nocaut en el sexto asalto, en un evento que generó más expectativa por el morbo que por el nivel boxístico mostrado sobre el ring.
Paul, apodado “El Gallo”, hizo su ingreso con un atuendo en homenaje al fallecido Hulk Hogan y apostó desde el inicio a una estrategia conservadora, basada en el desplazamiento y la evasión. Ese plan le permitió sobrevivir durante los primeros tres rounds ante un Joshua que, sin brillar, fue tomando el control del combate. Las estadísticas reflejaron la falta de acción: apenas 14 golpes conectados por Joshua y 10 por Paul hasta el cuarto asalto. A partir de allí, las piernas del influencer comenzaron a responder cada vez menos.
No duró mucho
En ese cuarto round, Paul visitó la lona en reiteradas ocasiones, aunque más por desequilibrios y maniobras para ganar aire que por impactos claros. La situación se agravó en el quinto, cuando llegaron las primeras cuentas formales del árbitro Chris Young. En la primera, el referí alcanzó los ocho segundos mientras Paul prácticamente se dejaba caer para recuperarse. Minutos después, una nueva cuenta volvió a llegar a ocho, otra vez sin un golpe nítido que la justificara.
El desenlace llegó en el sexto de los ocho rounds pactados. Joshua acorraló a un Jake Paul visiblemente exhausto, que volvió a tocar la lona en los primeros segundos del asalto. El golpe definitivo llegó a 1 minuto y 40 segundos del final: AJ lo arrinconó, castigó el cuerpo y cerró la faena con un derechazo demoledor al rostro. Paul ya no pudo reincorporarse y Young decretó el nocaut técnico.
Tras el combate, el influencer dejó una frase que reflejó la dureza del cierre: “Creo que tengo la mandíbula rota”, dijo desde el ringside.
La pelea contó con reglamentaciones especiales: Joshua tuvo un límite máximo de peso de 245 libras, pese a tratarse de la categoría pesado; se disputó a ocho rounds de tres minutos, con guantes de 10 onzas y un ring ligeramente más grande que el habitual. Aun así, el combate fue considerado oficial para ambos boxeadores.
Cabe recordar que Jake Paul tenía previsto enfrentar en esta fecha a Gervonta Davis, aunque ese evento fue suspendido. La polémica se potenció porque Anthony Joshua había peleado por un título mundial apenas 15 meses atrás y, si bien venía de una dura derrota por nocaut ante Daniel Dubois en Wembley, sigue siendo una de las figuras más relevantes del boxeo pesado.
