La deportista argentina Eugenia Bosco (27) decidió denunciar ante la Justicia que fue abusada sexualmente por su entrenador de las categorías formativas en el Yacht Club Olivos cuando ella era preadolescente.
Bosco ganó la medalla de plata en vela, en la clase Nacra 17, junto con Mateo Majdalani en los Juegos Olímpicos de París. Apenas dos meses después de ese gran momento, decidió hacer la denuncia.
Sobre la denuncia de abuso de Bosco
La denuncia, realizada en octubre, quedó radicada en la UFE Género de Vicente López, a cargo de la fiscal Lida Osores Soler. Allí, Bosco detalló el abuso que sufrió a sus 12 años por parte de su exentrenador, Leandro Tulia, de la escuela Optimist -la práctica inicial en vela, para niños entre 6 y 15 años- del Yacht Club Olivos, donde trabaja desde hace 20 años.
“No siento que me haya opacado. Es aceptar que pasé por mil etapas de vergüenza, de no aceptarlo, de pensar que era la culpable. Después de un tiempo lo ponés en la mesa y decís: yo tenía 12 años y no estaba en control de la situación, ¿por qué no contarlo?”, señaló Bosco en diálogo con La Nación.
El hecho que denunció Bosco ocurrió un fin de semana en el que los niños de la escuela se quedaban a dormir en el club. Este régimen se ajustaba principalmente para aquellos que provenían del interior del país: el club los hospedaba en dormitorios para poder entrenar más horas y evitar los traslados.
Otras denuncias contra el mismo entrenador
La denuncia de la deportista no es la única. Tras su iniciativa, otras mujeres sumaron testimonios contra el entrenador. Actualmente, la Justicia recogió los relatos de cuatro mujeres. En el ambiente del club denunciaron que el entrenador manipulaba a sus víctimas para obtener “favores”, que iban desde masajes a tocamientos.
Esto se hacía, siempre según los testimonios, bajo amenaza y, a veces, a cambio de privilegios. Estos últimos, muchas veces significaban prestarles el celular o la computadora para jugar o darles los mejores barcos para entrenar. Además, señalan presuntos comentarios sexuales que Tulia realizaba durante las clases teóricas.
En el caso particular de Bosco, denunció que el abuso ocurrió en el dormitorio del mismo entrenador, que en ese entonces vivía en el club. El entrenador trabaja en la escuela Optimist desde hace 20 años. “Él controlaba mis miedos”, agregó Bosco.
La fiscal Lida Osores Soler explicó que la denuncia se encuentra en trámite debido a las nuevas víctimas que se presentaron a declarar. También se llamó a indagatoria a Tulia.
Por el momento, la investigación está en su etapa inicial para recabar testimonios, tanto de las víctimas como de testigos. A partir de esos elementos se determinará la gravedad del delito y la tipificación penal que le corresponde. Desde el entorno de Bosco resaltan que no hay una demanda civil ni un reclamo de dinero, sino que se trata de un pedido de justicia.
El abogado de Tulia, Daniel Marino Mazzocchini, habló en La Nación y resaltó la inocencia de su cliente y negó los hechos. También aseguró que Tulia no brindará declaraciones a la prensa. “Son hechos que datan de hace mucho tiempo, están prescritos, por lo que la causa naturalmente va a desenvolver en un sobreseimiento. No son abusos que revistan una entidad suficiente para generar un escándalo”, sostuvo.
Por su parte, desde el Yacht Club Olivos tampoco quisieron brindar declaraciones oficiales sobre los hechos denunciados. Señalaron además que están a la espera de lo que resuelva la Justicia, remarcaron la historia de “una conducta intachable de casi 100 años del club” y que “no quieren que un comentario fuera de lugar manche la trayectoria” del mismo.
Por el momento, la institución deportiva le otorgó a Tulia una licencia, por lo que continúa recibiendo su sueldo, pero se encuentra apartado de sus alumnos. El entrenador no vive actualmente en las instalaciones de la institución.