La madera contralaminada (CLT), también conocida como “madera maciza”, consiste en un panel de madera sólida prefabricado, hecho de al menos tres capas unidas de madera aserrada sólida a partir del pegado de capas longitudinales y transversales con adhesivos estructurales. De eso resulta un panel rectangular que puede destinarse a aplicaciones en techos, pisos o paredes.
El CLT se produce en una variedad de espesores y tamaños de panel. Los tipos de paneles más comunes son de tres y cinco capas. En términos de usos para obra, emplear prefabricados de ingeniería de precisión en madera permite crear estructuras fuertes, estables y ligeras, a efectos de lograr luces más largas y construir en altura, sin las complicaciones que suele presentar la obra tradicional.
Gracias a su gran capacidad de carga estática, los tableros de CLT abren nuevas posibilidades arquitectónicas y de diseño también en la edificación en madera: los tableros de capas encoladas entrecruzados permiten la distribución de la carga en dos ejes.
Desde Plaza Huincul (Neuquén), Oscar Parada apuesta a que este sistema constructivo puede revolucionar el mercado. En 2018 se planteó el objetivo de traer a Argentina el CLT (cross laminated timber), sistema constructivo muy difundido en Europa y Norteamérica que permite edificar de forma rápida, limpia y con bajo impacto ambiental.
“Empecé investigando en 2016, porque quería construir en madera y no encontraba nada que me convenciera. Así conocí el CLT y me pareció que tenía un enorme potencial”, cuenta hoy el responsable del Departamento de Ventas de Novak CLT.
Los productos de la firma están fabricados íntegramente con madera renovable procedente de bosques gestionados de forma sostenible.

Cómo funciona y qué produce
Actualmente, la empresa fabrica paneles de distintas medidas (hasta 2,95 x 2,35 metros, con espesores de 6, 10 y 12 centímetros) con un 99,4% de madera y sólo 0,6% de pegamento. La planta que emplea a tres personas produce entre dos y tres paneles por día, hasta alcanzar unas 50 unidades mensuales. Esos paneles se comercializan de forma directa, con precios que varían según el espesor y la cantidad de capas.
Novak trabaja junto a la Universidad Tecnológica (UTN) de Venado Tuerto y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) de San Carlos de Bariloche para avanzar en la homologación y el desarrollo técnico.
“Hay muchos interesados y algunos proyectos en Chubut y Córdoba, pero este mercado recién empieza. El CLT es ideal para construir en altura, porque combina liviandad con gran capacidad estructural”, señala Parada.
Otro plus del CLT es su impacto ambiental: al utilizar madera como materia prima, la huella de carbono es significativamente menor que la del hormigón o el acero.

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