En esta época del año es común que se presenten con más frecuencia pacientes con complicaciones asociadas a cálculos renales debido a las altas temperaturas y la escasa hidratación.
La pérdida de líquido en nuestro organismo, tanto por transpiración, por respiración u otros, provoca un aumento de la saturación de sales propias de la orina (entre ellas las que forman cristales). Estas al concentrarse superan la capacidad de dilución y es en ese momento que se generan los cálculos, también llamados litiasis o piedras. Al mismo tiempo la orina de algunas personas puede carecer de sustancias que inhiben la adhesión de los cristales entre sí, favoreciendo la formación de las piedras.
¿Cuál es la causa más frecuente de formación de cálculos renales?
Uno de los principales factores de riesgo para la formación de cálculos renales durante el verano es la #deshidratación. En estos casos el volumen de orina disminuye en un intento de conservar el agua en el organismo. Diversos estudios han demostrado que un bajo volumen de orina provocado por una pérdida de agua no compensada, genera mayor concentración de compuestos urinarios aumentando el riesgo de formar cálculos en los riñones.
Una señal a la que es importante prestar atención es a la coloración de la orina:
- Amarillo intenso: puede indicar necesidad de mejorar la hidratación. Es frecuente verla de ese color al no consumir la cantidad suficiente de líquido, más aún luego de sudar en exceso por realizar actividad física
- Transparente: podría tratarse de un estado de sobrehidratación, por ejemplo si se consume líquido en exceso en relación a los requerimientos
- Amarillo pálido: coloración normal. Indica un correcto nivel de hidratación y un funcionamiento adecuado de nuestros riñones.
Más allá de este indicador, ante cualquier síntoma, malestar o dudas en relación al estado de hidratación o condiciones de la orina, lo recomendable es acudir a un centro asistencial de salud para obtener la opinión de un profesional médico.
¿Qué es y cómo se manifiesta un cólico renal?
El cólico renal es un episodio de dolor originado generalmente por la movilización o el impacto de un lito renal. Suele manifestarse como un dolor intenso que comienza en la región lumbar alta (en la espalda, a la altura de las últimas costillas) y que tiende a irradiarse hacia el abdomen con dirección al pubis.
El dolor, de comienzo brusco y de gran intensidad, puede durar entre 30 minutos y una hora, pudiendo extenderse más tiempo y en oportunidades desaparece de forma súbita.
Quien lo padece se muestra inquieto, sin encontrar posición, puede tener náuseas, vómitos y diarrea como consecuencia del dolor.
Al ser de comienzo brusco no es posible saber cuándo va a presentarse, razón por la que se llega al diagnóstico una vez desencadenado el episodio. Los estudios más comunes para diagnosticar el cólico renal son:
- análisis de orina,
- ecografía,
- radiografía simple y,
- para un diagnóstico con absoluta certeza, una tomografía computada.
En general, la edad más frecuente de presentación es entre los 20 y 50 años, pudiendo ocurrir en cualquier edad, especialmente si existen antecedentes de este tipo de patología en la familia.
La litiasis renal frecuentemente es recurrente, sobre todo si no se corrigen los factores que influyeron en la génesis del cálculo, de allí la importancia de estudiar sistémicamente al paciente.
¿En qué consiste el tratamiento?
El tratamiento del cólico renal, que siempre debe ser guiado por un profesional médico, va dirigido a calmar el dolor y descartar que haya obstrucción de la vía urinaria. Una vez controlado el dolor, la mayoría de los cálculos renales se eliminan solos finalizando el cuadro agudo. Si esto ocurre es ideal que el cálculo sea conservado y analizado para poder conocer su composición e iniciar acciones destinadas a prevenir nuevos episodios.
En caso de que no se elimine la piedra de manera espontánea, Sanatorio Allende cuenta con la tecnología necesaria para resolver los casos más complejos, ya sea a través de sistemas de litotricia extracorpórea (ondas de choque que rompen cálculos en el riñón o el uréter), de cirugía mínimamente invasiva o por medio de láser, estos medios brindan resolución a más del 90 por ciento de las situaciones.
Sobre la prevención
El sobrepeso, algunas cirugías y enfermedades digestivas, medicamentos o suplementos dietarios y enfermedades propias del riñón pueden favorecer la formación de cálculos. La mejor forma de prevenirlo a lo largo del tiempo es:
- Beber suficiente cantidad de agua en el día, además de lo consumido durante las comidas. La cantidad exacta dependerá del peso del paciente y de sus actividades, es ideal realizar una evaluación de esto junto al médico de cabecera.
- Mantenerse en un peso saludable.
- Evitar comidas con demasiada sal y alimentos con alto contenido de sodio (conservas, productos panificados, gaseosas y fiambres).
- Realizar actividad física de forma periódica.
Realizar controles médicos periódicos es la principal herramienta para detectar la presencia de litos, decidir la necesidad de hacer un tratamiento y recibir asesoramiento destinado a la prevención.